El 3% de la mortalidad anual en España, en el periodo 2000-2009, es atribuible a la contaminación atmosférica, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Medio Ambiente, a pesar de lo cual grandes ciudades como Madrid y Barcelona, siguen incumpliendo sistemáticamente la normativa europea referente a la contaminación ambiental, según se ha puesto de manifiesto en la Jornada informativa formativa sobre contaminación ambiental y salud para profesionales de la información, organizada por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), con la colaboración de la Asociación de Informadores de Salud (ANIS) y de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), y celebrada hoy, en la sede de SEPAR, en Madrid.
El 92% de la población mundial, incluido millones de niños, vive en áreas con niveles de contaminación atmosférica que superan los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es decir, casi nueve de cada diez personas en todo el mundo que viven en zonas urbanas respiran aire contaminado. Según la OMS, siete millones de muertes anuales son debidas a la contaminación del aire y la mitad de ellas están relacionadas con la mala calidad del aire dentro del hogar. Esto supone que una de cada ocho muertes en el mundo se relaciona con la contaminación atmosférica, lo que supera con creces estimaciones que se habían hecho con anterioridad y ratifica que la contaminación es, por sí sola, el factor de riesgo ambiental más importante del mundo.
En España, el 35% de la población respira aire contaminado, y se producen en torno a 10.000 muertes al año relacionadas con todos los contaminantes atmosféricos. Esta mortalidad asociada debida a la contaminación del aire es muy superior a la provocada por los accidentes de tráfico, que causan 1.700 muertes al año, según datos del Instituto de Salud Carlos III.
“El tabaquismo y la contaminación ambiental son dos importantes factores de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades, fundamentalmente del ámbito respiratorio. Mientras que el tabaquismo causa en España cerca de 60.000 muertes anuales, la contaminación llega a causar 10.000. Pero conviene recordar que una persona que no fume y viva en contacto continuo con altos niveles de contaminación es equiparable a que fumase entre 5 y 10 cigarrillos diarios”, destaca el Dr. Carlos A. Jiménez-Ruiz, presidente de SEPAR.
“La contaminación ambiental es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad, que afecta a todo el organismo humano, pero, como neumólogos, debemos recordar que el aparato respiratorio, al estar más expuesto, es su órgano diana. La contaminación es la causa del desarrollo o empeoramiento de graves enfermedades respiratorias como el cáncer de pulmón, las neumonías, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el asma, de infecciones respiratorias agudas y de otros muchos efectos dañinos para la salud”, informa la Dra. Isabel Urrutia Landa, neumóloga y coordinadora del Área de Enfermedades Respiratorias Ocupacionales y Medioambientales de SEPAR.
Muertes por contaminación: países pobres e industrializados En el mundo, mueren siete millones de personas cada año por culpa de la contaminación del aire (exterior e interior), del agua, del suelo y los contaminantes químicos que nos rodean. Una de cada seis personas muere por la contaminación, estos fallecimientos suponen el 16% del total de defunciones anuales y la mayoría de ellas ocurren en países de bajos y medios ingresos. En los países industrializados, la contaminación ambiental, química, laboral y del suelo, ha aumentado de 4,3 millones de defunciones en 1990 a 5,5 millones en 2015. El tipo de contaminación con más impacto es el aire exterior (que incluye gases y partículas tóxicas) e interior (como la quema de madera y carbón), puesto que ha sido la causa de unos 6,5 millones de muertes en 2015.
“A pesar de estos datos tan alarmantes, las grandes ciudades españolas han incumplido sistemáticamente las normativas europeas de contaminación en los últimos años y, tal es la magnitud del problema, que el 29 de diciembre de 2016, Madrid se convirtió en la primera ciudad española que restringía el tráfico por la contaminación. Sin embargo, desde el punto de vista de los profesionales, tenemos que persistir en esta dirección y aún debemos mejorar mucho más la calidad del aire de nuestras ciudades para preservar la salud”, ha recordado el Dr. Jiménez.
Gases nocivos y sus efectos El adulto medio respira más de 15 m3 de aire cada día. Aunque los contaminantes del aire son, a menudo, invisibles, sus efectos pueden ser muy graves. Entre los efectos inmediatos figuran “la irritación de las vías respiratorias, la disnea o dificultad para respirar y una mayor probabilidad de sufrir un ataque de asma, pero además ya ha quedado demostrado que tiene importantes efectos indeseables en la salud humana a largo plazo y que la contaminación del aire es un carcinógeno de primer orden”, advierte la Dra. Urrutia.
Los siete contaminantes más peligrosos para la salud son el nitrógeno, el ozono, las partículas en suspensión, e dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el plomo. Entre ellos, dos de los gases más nocivos para la salud respiratoria son el dióxido de nitrógeno y el ozono troposférico. El dióxido de nitrógeno ha sido culpable de 6.085 muertes evitables cada año en España y, entre sus graves riesgos sanitarios, destacan el empeoramiento del asma y la insuficiencia respiratoria. Bruselas tiene abierto un expediente contra España por el incumplimiento crónico de los niveles de dióxido de nitrógeno, principalmente en Madrid y Barcelona. A las muertes anuales por dióxido de nitrógeno, se suman otras 499 por ozono troposférico, que se encuentra a nivel del suelo; el ozono troposférico -ingrediente de nieblas tóxicas de las ciudades— es el resultado de una reacción con luz solar de las emisiones de vehículos e industrias.
El exceso de ozono también genera problemas respiratorios, como el asma, y puede provocar enfermedades pulmonares. El dióxido de nitrógeno ha sido culpable de 6.085 muertes evitables cada año en España y, a estas cifras previas, se deben añadir las 2.683 las muertes prematuras anuales por la contaminación por partículas en el aire, también procedentes de los tubos de escape.
“No hay duda de que la mejora de la calidad del aire aumenta la esperanza de vida, se reducen los ingresos hospitalarios, mejora la función pulmonar y se reduce la mortalidad”, afirma la Dra. Urrutia. Así, en 2012, se estimó que el 26% de la mortalidad infantil podría haberse prevenido con la reducción de riesgos medioambientales como la contaminación del aire.
Impacto económico de las muertes y enfermedades En cuanto al impacto económico de las muertes y enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental, estas suponen alrededor del 0,5% del PIB en países más desarrollados, el equivalente al 1,7% del gasto sanitario. Globalmente, el coste económico de las enfermedades relacionadas con la contaminación asciende a 4,6 mil millones de dólares anuales, lo que equivale al 6,2% de la producción económica mundial.
|