En el año 2014, unos vendedores sin escrúpulos de una empresa llamada SUPERNOVA EDICIONES, S.L. o Agrupación de la Salud o SIGLO EXPANSIÓN, llamaron a la puerta de mi octogenaria madre y le vendieron unos cacharros para la salud, un purificador de “Ozono” y cuatro fruslerías más que no necesitaba por el módico precio de 2.255 €, eso sí, que le dejaban pagar en cómodos plazos de 140 euros mensuales por medio la financiera UNIÓN FINANCIERA ASTURIANA. Cuando sus hijos nos dimos cuenta del error o trampa en el que había caído nuestra madre, ya era demasiado tarde y pagó religiosamente hasta la última cuota.
La sorpresa vino cuando a principios de 2016 nos percatamos que no había una cuota de 140 euros, sino que por el banco le habían pasado hasta tres cuotas. Tirando del hilo descubrimos que, además del primer contrato, nuestra madre había suscrito presuntamente otros dos contratos de iguales características, importes y aplazamientos, y que uno lo venía pagando, además, desde abril año 2015 a la financiera COFIDIS y el otro, desde enero de 2016, otra vez a UNIÓN FINANCIERA ASTURIANA. Según esto, nuestra madre se había gastado en cacharros inútiles, repetidos y nunca entregados para colmo, la inestimable cantidad de 7.735 €. Tres contratos distintos firmados en Madrid, C.C. en Águilas-Murcia y Oviedo, mi madre no se movió de casa desde que falleció mi padre el 15 de mayo del 2011, no conoce Murcia, ni Asturias, ¿cómo firmó allí los presuntos contratos que así rezan bajo su firma?
Lógicamente devolvimos los recibos que pudimos y solicitamos el reintegro de las cantidades indebidamente abonadas. Una de las financieras, COFIDIS, atendió nuestras explicaciones, hizo sus averiguaciones, rectificó, nos pidió disculpas y devolvió hasta el último céntimo. La otra, UNIÓN FINANCIERA ASTURIANA, no. Presentó una demanda contra nuestra madre y en este mes de marzo se celebró el juicio, donde un perito hasta calificó, de manera inexplicable, que en los contratos la firma de mi madre era auténtica. Con muy poca esperanza de que esto terminase bien, hoy 13 de marzo de 2019 nos han notificado la sentencia y se ha hecho justicia, desestimando la demanda de la empresa financiera y dándonos la razón, recalcando que doña Victoriana fue víctima de un vil engaño, pero nuestra madre ya no podrá saborear esta victoria porque Victorina Martín Pérez padece en la actualidad un proceso degenerativo avanzado de Demencia senil y Alzheimer. El próximo 29 de abril cumplirá 90 años. Puede que UFA recurra, pero poco probable la rectificación de la sentencia.
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