Desde la caída del Gobierno del General Alfredo Stroessner en aquel alborotador mes de Febrero del 1989, los niveles de pobreza en la República del Paraguay han venido deteriorándose. Actualmente el Paraguay, ubicado en el corazón de Sur-América, bendecido por: un clima excepcional, fuentes de energía renovable y tierras agrícolas de alta productividad, tiene más de tres millones de habitantes sumidos en la pobreza extrema y padecen malnutrición crónica.
La pobreza en Asunción y en las comunidades aledañas rurales del Paraguay, sigue afectando todos los sectores de la sociedad y vislumbra los flagelos persistentes en la microeconomía nacional y pésima atracción de inversión directa extranjera. A pesar de todo esto el Paraguay tiene el bono demográfico mas elogiado en el continente, una ventaja que los actuales gobernantes no han podido fortalecer - generar una plataforma socio-económica de la cual el país pueda beneficiarse.
A modo de resaltar la actualidad económica y pobreza extrema en la tierra guaraní, el Dr. Juan Pablo Fernández, escribió para el Diario 5 Días – Asunción, un análisis contundente y relevante sobre la situación actual en el Paraguay. El impecable análisis del Dr. Fernández, sigue:
~ El desafió de la lucha contra la pobreza debe ser sacarlos de ser paraguayos indignos y volverlos por una buena vez, DIGNOS.
Según publicaciones del 2017, de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), la pobreza total durante el gobierno de Horacio Cartes se incrementó con relación al 2016, de 26.58% a 28.86%. Esto significa que al menos 1.950.000 paraguayos son pobres. En la primera parte de este gobierno, las cosas no cambiaron mucho.
Cartes se fue dejando más pobres, aunque haya invertido en obras públicas. La gente no come cemento, me decía una persona cuando analizábamos esta realidad y solo podía darle la razón. Se crearon programas asistenciales, pero sin ningún impacto a largo plazo y sostenible en la vida de los más de dos millones de pobres que estaría rondando actualmente. Tekopora, Tenondera, Sembrando oportunidades, Proeza, Arovia, y tantos otros programas que han iniciado, tal vez, un proceso, pero que a la larga sabemos que solo sirve de paliativo y no en solucionar el problema de fondo, sacarlos de ser paraguayos indignos y volverlos por una buena vez, DIGNOS.
Seguramente me van a criticar y hasta se enojarán conmigo, pero es necesario sincerarnos y hablar descarnadamente de esta realidad que no es futuro sino presente y está reflejado en la migración campo ciudad que han rodeado las urbes y es el norte donde se debe combatir la pobreza y no querer mentirnos en decir el problema está solamente en el campo. La pobreza esta al salir de nuestras casas y no a 100 0 200 kilómetros de la capital. Celebro el acompañamiento de los organismos internacionales, pero con un ojo cauteloso, ya que hay que ver resultados sostenibles y no solo de informes.
El verdadero debate es URGENTE ya que cuando nos agarre el invierno demográfico, espero de todo corazón que miremos atrás y disfrutemos del calor y no el frío por la incapacidad, soberbia o mezquindad de los [que] deciden en ver un país digno. ~
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