Un año más tuvo lugar en el auditorio de Villanueva del Pardillo el ya célebre certamen escolar que anualmente desde hace veinte años se viene celebrando en la populosa localidad enclavada en el oeste madrileño, el Concurso Literario Maestro Miguel. Aunque, en puridad, lo que tendría lugar fue la entrega de premios del susodicho concurso en sus diferentes categorías.
Los protagonistas fueron durante la práctica totalidad los jóvenes estudiantes, pues estos (pertenecientes a los distintos centros educativos de la localidad) entregaron y recibieron los premios además de amenizar la velada, de una manera tan talentosa y refrescante que, lo digo de veras, no tuvo nada que envidiar a la de los Goya, por ejemplo.
Fue emocionante (máxime, como en mi caso, cuando es la primera vez que se acude) ver a todas las instituciones municipales relacionadas con la cultura (Ayuntamiento, Biblioteca, Centros Escolares), así como a distintos patrocinadores, implicadas en una actividad que con el paso de los años ha adquirido unas dimensiones socio-culturales que trascienden por mucho el mero concurso literario escolar anodino al uso.
Antonio Moreta, concejal de Cultura y coordinador del Certamen, realizó una semblanza del que, al fin, es el “leit motiv” de tan entrañable y anual acto, la figura del malogrado docente Miguel Pérez, del que apuntó que, nacido en Elche, donde tempranamente participó en programas de alfabetización, posteriormente se trasladó a Francia, ejerciendo allende los Pirineos como profesor para emigrantes españoles, no en vano, siguió señalando el Concejal, parece ser que siempre lo estimularon los retos ligados a la educación, trascendiendo su labor del ámbito meramente escolar, pues una vez eligió Villanueva del Pardillo para afincarse, un pueblo que, de ningún modo, era lo que es, en él, aparte de ejercer como Maestro en el único colegio entonces existente, el San Lucas, se dedicaría grandemente a la dinamización cultural de la localidad, esfuerzo que pese a su muerte, a los cincuenta y cinco años, sus conciudadanos no han olvidado, celebrando año tras año y durante ya veinte primaveras el certamen al que nos estamos refiriendo. Asimismo, en un olivo situado en el interior del recinto del Colegio San Lucas existe una placa que conmemora a tan insigne maestro.
Tras las palabras del señor Moreta, tomó la palabra la prolífica escritora Concha López Narváez, que tuvo a bien acudir en apoyo del Certamen, enunciando un amenísimo y desenfadado discurso, si bien no exento de profundidad y pedagogía. Señaló la autora que antes de que sus hijas se fuesen a vivir allí ella solo había estado en el Pardillo meramente de pasada, almorzando, de camino a una presentación en otro lugar, allá por los noventa, y la pena que “a posteriori” le produce no haber sabido de la existencia allí de Miguel Pérez Pastor, el maestro Miguel, que se hallaba entonces luchando por abrir horizontes nuevos al pueblo.
Tras la intervención de la escritora se llevó a cabo la entrega de premios así como las encantadoras representaciones de los alumnos de los colegios de la localidad entreveradas por entre las mentadas entregas de galardones.
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