Andalucía ha sido durante 37 años feudo exclusivo de la izquierda y, concretando, del PSOE. La derecha siempre ha tenido grandes dificultades para poder abrir esta caja acorazada en la que se han escondido, celosamente guardados, los trucos de que se han valido los socialistas andaluces para conseguir mantener a tantos ciudadanos fieles al partido durante tanto tiempo. Incluso cuando sus dirigentes se han encontrado en graves apuros por temas de corrupción, como viene sucediendo desde hace un tiempo, la endémica fidelidad de los ciudadanos andaluces se ha mantenido firme y siguen sin querer aceptar que, quienes los han estado dirigiendo durante tantos años, en realidad, los han estado engañando haciéndoles creer que el desempleo exagerado que siempre ha existido en dicha autonomía, era algo inevitable para un pueblo en el que todavía existía el caciquismo, el señoritismo y el derecho de pernada como una herencia recibida de la derecha decimonónica.
Los PER, los enchufados en empresas públicas, los políticos y todos aquellos que, de una forma u otra han estado viviendo a costa de subvenciones, forman parte de este entramado de endogamia colectiva, clientelismo, chauvinismo y nepotismo que ha formado parte de la política andaluza, estableciéndose una ligazón de intereses que ha permitido que, durante años, una parte importante de los andaluces hayan estado viviendo a costa de las subvenciones recibidas del Estado. Sin embargo, en las últimas elecciones autonómicas, convocadas por la señora Díaz, pensando que iba a ganarlas de calle, una serie de circunstancias adversas provocaron que, cosa inédita en Andalucía, la suma de partidos de la oposición, PP, Ciudadanos y VOX les proporcionara una mayoría suficiente para hacerse con el gobierno de la comunidad andaluza.
No sin dificultades, debido a que Rivera de Ciudadanos no quería saber nada con el surgido de la nada partido del señor Abascal al que, curiosamente, todos le han puesto el San Benito de ultraderecha por sostener ideas que hoy en día, en virtud de esta tomadura de pelo de la Memoria Histórica son consideradas, como mínimo, pecaminosas, políticamente incorrectas e incompatibles con lo que las corrientes actuales de pensamiento progre (filocomunistas) están pretendiendo imponer, con bastante éxito, entre la ciudadanía española; finalmente consiguieron establecer una entente por la que se unieron PP y Ciudadanos para formar el gobierno de la comunidad, pero contando con el apoyo puntual de VOX para aquellos casos en los que sus escaños fueran necesarios para sacar adelante las necesarias modificaciones encaminadas a poner remedio a las cacicadas del PSOE y establecer nuevas normas que favorecieran el desarrollo y el empleo en toda Andalucía.
A los cien días del nuevo gobierno se ha podido hacer una primera estimación de lo que ha dado de sí el cambio de un sistema, el socialista, a otro, el centro-derecha. Los resultados de las auditorías que se han llevado a cabo respecto a la herencia recibida de los anteriores gobernantes, han permitido que el señor Elias Bendodo, portavoz del gobierno del PP y Ciudadanos, haya denunciado que la comunidad andaluza ha perdido la friolera de 6.500 millones de euros de inversión privada en los últimos años. También denuncio que, con este dinero, se hubieran podido crear 92.000 empleos o sea, más de un 11% de la población desempleada. Como muestra de lo que, este señor, califica como “apatía, dejadez e incapacidad” de los anteriores gobernantes del PSOE-A, informa de que llegaron a acumular hasta 4.367 expedientes sin resolver y esto, únicamente, en la Consejería de Medio Ambiente (algunos de ellos con más de diez años de antigüedad).
Pero es que existen más cuestiones que demuestran el por qué, a la señora Susana Díaz, le importaba tanto que nadie pudiera acceder a los secretos de su presidencia. Por ejemplo, la revista “Libre Mercado” ha publicado lo que han sido “algunos agujeros” del gobierno andaluz durante la etapa de la señora Susana Díaz; entre ellos pagos millonarios por procesos judiciales fallidos ( en este aspecto nos gustaría saber lo que le viene costando al Ayuntamiento de Barcelona, los pleitos que vienen perdiendo, gracias a las “aventuras” de la señora Ada Colau, convencida de que, por el mero de ser alcaldesa de Barcelona, ya tiene la potestad de saltarse todas las leyes relacionadas con la propiedad de inmuebles y la actividad turística) calculados en más de 4.500 millones pendiente de cobro, a los que añadir 5.000 millones implicados en multitudinarios casos de corrupción en los que están implicados 500 investigados del partido socialista.
Y aquí es cuando Bendodo llega a la conclusión de que los anteriores gobernantes no eran capaces de asimilar que “Los empleos los crean los empresarios, no los partidos ni las administraciones”. La administración tiene la obligación de poner los medios y agilizar los trámites administrativos en beneficio de la iniciativa privada. No sabemos si el gobierno que nos anuncian o que parece que puede llegar a cuajar, en el que formen tándem los socialistas con los señores de Podemos, serán capaces de entender una premisa tan sencilla pero, si como nos tememos, piensan estatalizar nuestra economía y burocratizar más la administración los resultados de una política semejante, pronto nos llevarán a situaciones complicadas, no sólo en cuanto a lo que respeta al nivel de vida de los ciudadanos, sino en lo relativo a nuestras relaciones con el resto de la UE.
Y decíamos que, en estos 100 días del nuevo gobierno de Andalucía, ya se estaban empezando a notar los primeros efectos de los cambios introducidos. En lo relativo a la política doméstica y a la gestión de las ayudas ha dejado claro que “no vamos a permitir que se siga haciendo política e idealización del tema” (recordemos que los comunistas pretenden sacar tajada de esta lacra social). Y una cosa necesaria: habrá cambios en la TV andaluza, el Canal Sur, otro ejemplo de la manipulación de la información dirigida desde el gobierno andaluz, donde están una serie de profesionales que se han prestado a colaborar con él en detrimento de una información veraz y apolítica. Se propone lograr un consenso con el resto de fuerzas políticas para conseguir un canal más “plural y más de todos”.
El consejero andaluz ha recalcado que, en los 100 días que gobierna el nuevo equipo, ya han pasado a la historia los impuestos de sucesiones y donaciones y se ha bajado el tramo autonómico del IRPF, al tiempo que ya se han iniciado la supresión de toda administración paralela con la eliminación de 101 entes públicos. Nadie podrá decir que los nuevos inquilinos de la Junta de Andalucía no van llevando a cabo lo que fueron sus promesas a los ciudadanos cuando se postulaban para ser votados para el gobierno andaluz.
Sin duda alguna, la importancia de este enclave del centro derecha, en un panorama en el que, prácticamente, el mapa español está ocupado por el color rojo de la izquierda y la ultra izquierda y por las autonomías en las que el separatismo se ha hecho el dueño de la situación, se ha agrandado ya que, pese a las dificultades que les pueda poner el nuevo gobierno que surja de los acuerdos del PSOE con los partidos con los que decida pactar, ya fuere con la participación de alguno de ellos en el gobierno o con pactos de legislatura en los que se comprometan a apoyar las iniciativas legislativas que proponga el gobierno a cambio de ciertas concesiones que les pudieran interesar; el conseguir normalizar una región en la que ,se había instaurado un monopolio de un partido, el socialista, demostrando que el paro, la falta de inversión privada, los problemas sanitarios que tantos dolores de cabeza han proporcionado a la Junta, con una buena gestión de la financiación recibida del Estado y administrando con eficacia el dinero disponible, puede ser factible cambiar el signo de lo que ha sido siempre una autonomía en la que el paro ha sido superior al del resto de autonomías españolas y la falta de inversión una circunstancia endémica. Se podrá demostrar que la tendencia se puede hacer reversible y entrar en una fase, hasta ahora desconocida, en la que el ciudadano andaluz se pueda comparar en oportunidades y servicios con cualquiera otro, del resto de autonomías del Estado. Puede costar cambiar la mentalidad de un pueblo acostumbrado a vivir de subvenciones, por la de un colectivo que se sabe administrar debidamente y salir adelante con el esfuerzo conjunto de todos los andaluces.
O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, como entre tantos problemas, tantas decepciones y tan malas noticias como las que nos están llegando desde que conocimos los resultados de las elecciones del 28 de abril; haya un lugar, en España, en el que podamos encontrar un oasis en el que no dominen las izquierdas lo que ya es de por sí y por lo que puede llegar a significar como paradigma de lo que significa el estar gobernado por la derecha, un pequeño consuelo y una esperanza para los que nos sentimos huérfanos dentro de este tsunami que se nos viene encima, si Dios no lo remedia, por una eternidad de cuatro años. Vae victis!
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