Por desgracia en España la verdad está proscrita. Es difícil encontrar a alguien que la exprese sin tapujos ni ambajes. Pocos son los que se atreven a manifestarla con claridad, por eso, para eludirla se emplean circunloquios, vericuetos, cualquier artilugio verbal con tal de no decirla abiertamente.
De ahí que cuando encontramos a alguien a quien no se le traba la lengua y dice verdades como puños, inmediatamente los que son puestos al descubierto por ello, bramen y bufen porque les han expuesto a la luz sus vergüenzas.
¿Por qué digo esto? Porque gran revuelo se ha armado en las filas de esta rancia, trasnochada y periclitada Izquierda con las palabras pronunciadas en una entrevista que le hizo Europa Press al Nuncio de Su Santidad Renzo Fratini, quien, al preguntarle sobre Franco dijo textualmente: “Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil”.
Palabras que, además de ser una verdad como una catedral, están llenas de sensatez y de cordura. Me explico: Franco murió el 20 de noviembre de 1975, o sea, cuando llegue noviembre, harán cuarenta y cuatro años, que es lo mismo que una generación y media (en Historia se considera una nueva generación cada treinta años) de personas que no lo han conocido y habrán oído hablar de él, según quien lo recuerde, unos bien y otros mal. Pero, para bien o para mal, lo cierto es que constituye una parte de nuestra Historia que no se puede ocultar. Sin embargo tampoco sacarlo a pasear por los intereses espúrios de la Izquierda.
Franco estaba muerto y bien muerto, pero, por el gran déficit de credibilidad que padece la social democracia europea y especialmente la de España, había que buscar un tasajo de carnaza para echarlo a la plebe y así ocultar las miserias de las que adolece el partido del capullo y el puño.
La transición, modélica, por cierto, reconcilió en un acto inconmensurable de buena voluntad a los de uno y otro bando ya que lo único que pretendían era que cada cual enterrase a sus muertos, para poder vivir en paz.
Reconciliación y paz que ha durado felizmente hasta que el malhadado Rodríguez Zapatero tuvo la perniciosa idea de pretender profanar la tumba del cadáver del que ya casi nadie se acordaba y resucitarlo, además sin contar con los problemas jurídicos que ello podría ocasionar, especialmente con la familia del difunto.
Fratrini dice que han resucitado a Franco y eso, aunque les pese, es lo que han hecho estos socialistas volviendo otra vez, sin necesidad alguna, a enfrentar a las dos Españas.
La inefable Carmen Calvo, que no dice más tonterías porque no tiene tiempo, inmediatamente, como en una pelea de patio de colegio ha amenazado a la Iglesia y con ello a todos los católicos con revisar la fiscalidad de la Iglesia y elevar los tributos que ésta paga .
Riña de chiquillos. “como no haces lo que quiero, te quito el caramelo que tienes”. A esto se puede reducir la pataleta de esta mujer que falla más que una escopeta de feria.
¡Vamos a ver! La Iglesia no tiene más privilegios que los de cualquier otra confesión religiosa como pueda ser la islámica, o cualquiera de las protestantes u otras religiones que hay en España, o las ONGs, los sindicatos, así como otra organización sin ánimo de lucro. Además la modificación de las condiciones pactadas entre dos Estados soberanos como son el Vaticano y España, está sujeta a unos acuerdos que no se pueden romper por el enfado causado por la soberbia de esta indecible mujer.
En otra ocasión refiriéndose al mismo asunto y tras una visita al Vaticano tuvo la desfachatez de decir que el Papa estaba conforme con la exhumación de los restos de Franco. Mentira que fue inmediatamente calificada como tal por el Vaticano.
En palabras de Paco Vázquez: “La señora Calvo está obsesionada, como muchos de sus compañeros de la actual dirección del partido socialista, con la Iglesia Católica. Ha intentado, de una manera burda, trasladar a la Iglesia la intención de resolver su mal procedimiento con la exhumación de los restos del general Franco”.
“En todo caso, injerencias y meteduras de pata en abundancia son las que ha tenido Carmen Calvo en sus intentos de coaccionar y manipular sus visitas y entrevistas en el Vaticano”.
A pesar de ello saben muy bien lo que hacen. Posiblemente si Pedro Sánchez no consigue ser investido como Presidente, habría que celebrar elecciones y qué mejor manera de contentar a la plebe y recabar votos que poner nuevamente a Franco en el candelero.
Sin darse cuenta ni pretenderlo el Nuncio les ha dado un buen motivo para soliviantar a las masas y recabar más votos.
Por eso estos socialistas hueros de ideas e incapaces de solucionar los verdaderos problemas que tenemos en España, buscan conflictos donde no los hay, y la mejor manera de hallarlos es atacar como sea a la Iglesia Católica. Siempre les ha dado buenos resultados.
Y yo me digo ¿podría salir adelante este Gobierno socialista, si la Iglesia, por una semana, solamente siete días, dijese “cerramos todos nuestros centros asistenciales, caritativos, colegios, monumentos, comedores parroquiales y tantos lugares en los que reciben los menesterosos la ayuda que ni el Gobierno, ni las comunidades autónomas, ni los ayuntamientos son capaces de prestar”.
La Iglesia está acostumbrada a poner la otra mejilla y no tomar revancha de las ofensas y salivazos que recibe, así que ¡Tranquilos rencorosos socialistas, no os hará pasar por ese trance!
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