Se suele decir que la grandeza de un hombre se puede medir por la magnitud de sus enemigos. Dicho que no consideramos totalmente valido pues hay hombres excelsos que tienen enemigos miserables y rastreros. Este es el caso de España, nación que posee unas gestas esplendorosas y que sus enemigos infames y abyectos han hecho todo lo posible por desprestigiarlas con ignominias y patrañas.
En el imaginario colectivo de la cultura occidental, se ha ido tejiendo una red que, cual tela de araña, ha envuelto con sus repugnantes hilos la historia de España, creando y difundiendo, mentiras, calumnias y falsedades, para deshonrar la ejecutoria de una nación, que posiblemente sea la más limpia del orbe. Y lo peor de ello que ese cúmulo de injurias, fue iniciado por un español, continuado por otros y aceptado por el resto de las naciones europeas, que fueron amontonando falacias y deshonor sobre la difamación inicial.
Ese propósito calumnioso que nace en el Siglo XVI ha perdurado a través del tiempo y, hasta en nuestros días se pueden oír frases como las siguientes: “Colón y todos los conquistadores fueron unos genocidas”. “España es la gran culpable de los todos los males de América del sur”. “Isabel la Católica fue una reina cruel y despiadada”. “La Inquisición es la predecesora del nacionalsocialismo de Hitler”. Si nos fijamos en lo ocurrido con el reino de España durante los siglos XVI y XVII, nos daremos cuenta que contra él se han exacerbado las más bajas pasiones de sus acérrimos enemigos como han sido los ingleses y los holandeses. España con Carlos I consiguió el título tan apetecido por el resto de las naciones europeas de ser la cabeza del Sacro Imperio Romano Germánico en la persona de nuestro rey Carlos que pasó a ostentar el nombre de Carlos I de España y V de Alemania.
En lo tocante a Europa esos eran sus poderes, pero había heredado de su madre Juana, hija de los RR.CC. Todas las tierras del inmenso continente recién descubierto que, por el Tratado de Tordesillas de 1494, respaldado por el Papa Alejandro VI, fue dividido en las diferentes zonas de influencia y conquista entre España y Portugal.
Durante el reinado de su hijo Felipe que recibió de su padre todo lo que poseía, salvo el derecho a ser Emperador que, por gracia de Carlos, lo entregó a su hermano Fernando, se fueron descubriendo nuevas tierras, hasta que con la toma de Filipinas, se consiguió un imperio en el que nunca se ponía el sol. Dueños de tierras y mares, los Tercios, los marinos y las naos hispanas se enseñorearon durante más de dos siglos por el Orbe entero, cosa que no podían sufrir los obstinados enemigos de tan vasto Imperio.
A poco que analicemos las frases ante expuestas, con un mínimo de rigor histórico, observaremos que no se trata de patrañas, sino del resultado de uno propósito mal intencionado para intoxicar, incluso a los mismos españoles, con el fin de deshonrar a España, que no se corresponden en lo más mínimo, ni con la verdad ni con la realidad.
Examinemos las antedichas frases: -Colón y todos los conquistadores fueron unos genocidas.
Esta expresión no tiene donde sustentarse. Si hubiesen sido unos genocidas no hubiera tenido lugar el espléndido mestizaje que hoy, con toda su grandeza, lo encontramos por toda Hispanoamérica.
El primero en ponerlo en práctica cumplidamente fue Hernán Cortés que tomo como interprete, primero, y luego como compañera íntima a Malinche que, tras ser bautizada, recibió el nombre de Marina.
-España es la gran culpable de los todos los males de América del Sur. Los males de los que adolece Hispano América los únicos responsables son sus mismos gobernantes. La Guerra de Independencia de las posesiones hispanas comenzó en los inicios del siglo XIX, a raíz de la expulsión de España de los invasores franceses. Tras más de dos siglos de independencia, en la mayoría de ellas no han sabido construir unos regímenes gubernamentales que traigan paz y prosperidad a sus tierras.
-Isabel la Católica fue una reina cruel y despiadada.
Esta reina “cruel y despiadada” fue la que, en 1495, cuando llegó a Sevilla una flota desde América con 500 indios esclavos, que Colón aseguraba que eran prisioneros de guerra, hizo estudiar el caso y en el año 1500 ordenó que fueran todos liberados y repatriados a América.
Esta actitud y benévola disposición contrasta fuertemente por su humanidad y benignidad con la frase: “el único indio bueno es el indio muerto”, pronunciada en el siglo XIX, por el general Philip O´Sheridan.
Desde los más remotos tiempos de la humanidad asiste el derecho de los vencedores, no sólo a humillar a los vencidos sino hasta esclavizarlos.
En famosa la frase Vae victis que pronunció Breno el caudillo de los senones cuando en el siglo IV a.C. venció a los romanos, se resume toda la relación que puede haber, tras una batalla, entre vencedores y vencidos. Puesta en castellano sería: ¡Ay de los vencidos! o ¡Desgraciados los vencidos! Esa ley de guerra ha perdurado a lo largo de los siglos hasta hoy con las duras condiciones que se les imponen a los pueblos derrotados. En Europa tenemos dos casos con la Primera Guerra Mundial que, por su dureza y rigidez, preparó el campo para la Segunda.
Bien, pues Isabel, a los capturados en combate no lo consideró esclavos, sino hombres libres..
Por último y, para terminar, recogeremos la última frase de las mencionadas:
La Inquisición es la predecesora del nacionalsocialismo de Hitler. Bueno, vamos a ver. ¿La Inquisición sólo se dio en España? Ésta nació en el año 1188 con la Decretal Ad abolendam del Papa Lucio III para perseguir a los cátaros y otras herejías. Por ella se mandaba que hubiesen tribunales episcopales por toda la Cristiandad, o sea Alemania, Inglaterra, Francia, España...
Como no es mi propósito impartir una clase de Historia, sino dejar bien sentado que la Leyenda Negra, nació y se mantiene por y para hacer recaer en España todos los males habidos y por haber, considero que, casi he cumplido mi propósito.
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