El diccionario define ‘cate’ como Golpe, bofetada, o nota de suspenso en los exámenes. ‘Cateo’, por su parte, aunque se usa en Chile para definir la ‘acción de estar al acecho’ y en México para precisar el allanamiento de una casa que hace la policía, en castellano existe como forma verbal del verbo catear (suspender), en primera persona del presente de indicativo (yo cateo) o tercera persona del pretérito perfecto simple (él o ella cateó). Ambas formas, ‘cate’, ‘cateo’ y ‘cateó’, hoy son actualidad como acción política del primer partido de la Oposición, el PP. Y es que ‘cate’, ‘cateo’ y ‘cateó’ surgen cuando se unen, como siglas o en acrónimo, las primeras letras del apellido del Presidente Casado: CA; y del nombre del Secretario General Teodoro: TE, TEO, o TEÓ.
Nos hallamos así ante el golpe, bofetada o nota de suspenso, de ‘cate’. Ante el suspenso activo en presente, de ‘yo cateo’. O frente al pretérito perfecto simple, de ‘él o ella cateó’. Cuando ambos términos, los tres, se ponen en relación con la actualidad del PP y las siglas que surgen del apellido del Presidente del Partido (Casado: CA) y del nombre de su Secretario General (Teodoro: Te, teo, o teó), ocurre que, acaso por los hados que enredan en las casualidades lingüísticas cuando entran en relación con la política, se produce lo que alguien ve como la actualidad del PP de hoy (Cate, bofetada o suspenso) o una premonición de futuro con posibilidades de convertirse realidad (yo cateo, él o ella cateó)
¿Qué es lo que ha pasado o puede producirse en el PP para que llegue a hacerse realidad el ‘cate’, o el ‘cateo’? Por lo conocido, un cambio drástico del organigrama del PP, y en las portavocías de los grupos parlamentarios del Congreso, Senado y Parlamento Europeo, de los que desaparecen, laminados, lo que fue flor, esencia y nata populares en la época de Rajoy para dar paso, sólo, a los afines.
De esta forma, lo decidido por el tándem Pablo Casado-Teodoro García Egea, por una parte, se convierte en el ‘cate’, golpe, bofetada o nota de suspenso a una parte del haber y aval políticos del PP, la parte que ‘cateó’; y, por otra, produce el efecto de ‘cateo’ o rechazo a los desplazados y sus seguidores; y a la forma de hacer política que produjo la mayoría absoluta que tuvo Rajoy, sus años de gobierno y los logros conseguidos que ahora se repudian, catean o suspenden.
Es pronto aún para saber qué efecto puede suponer para el futuro el actual ‘cateo’; y para aventurar si, pasado un tiempo, la decisión va a ser merecedora de alguna de las formas verbales ‘cateo’ o ‘cateó, que puedan atribuirse a la dirección de Pablo Casado y Teodoro García Egea (CA-TE, o CATEO) en el PP. De momento, para bien o para mal, es lo que hay. Así va a comenzar una legislatura, la próxima XIII Legislatura, que puede resultar fallida, o no. Con unos efectos, en el PP, susceptibles de convertirse en éxitos políticos rotundos o fracasos de dirección y gestión estrepitosos.
Es lo que hay: De momento ‘cate’ y ‘cateo’ impuestos que laminan. Después, ya se verá si el ‘cate’ produce efectos positivos o, también, si se hace acreedor al ‘cateo’ de quien en soledad o en grupo ‘cateó’.
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