Las derivas de Chipre, de las Preferentes y de la Ley hipotecaria españolas denotan que las proclamaciones de Mario Draghi, el 31 de mayo de 2012, en el marco de la reunión de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, no han cumplido el objetivo de lograr, antes del 1 de enero de 2013, un instrumento de supervisión bancaria común.
Este rasgo es de gran gravedad, puesto que en la misma ocasión, el dirigente urgía a los responsables de la eurozona en la definición del euro y de lo que nuestra moneda debe ser dentro de unos años, porque, el BCE no puede tener como misión la de llenar el vacío de la política presupuestaria y de la gobernanza de la Unión Económica y Monetaria Europea.
No eran, sin embargo, reivindicaciones novedosas. Nouriel Roubine, el economista famoso por haber previsto la crisis financiera de 2008, en el artículo “The eurozone heads for break up”, publicado por el “Financial Times”, el 13 de junio de 2011, augura que los Estados periféricos tendrán que abandonar el euro en un periodo de 5 años. La razón exprimida es que la crisis monetaria pone en evidencia la debilidad del proyecto común. En efecto; la moneda no está aplicada a un grupo de Estados que comparten un proyecto económico ; todo se ha limitado a una política presupuestaria y cada Estado miembro ha hecho sus cábalas para ajustar sus políticas económicas a los requisitos. Así, por ejemplo, Irlanda ha practicado el dumping fiscal para atraerse el máximo de sedes empresariales o Alemania se ha servido de sucesivas reformas estructurales para abaratar costes laborales. Estas prácticas afectan gravemente a otros Estados miembros y a la Eurozona, especialmente cuando su agudizan las políticas liberales más extremas.
También el Financial Times, publicaba, el 22 de febrero de 2009, un artículo de Wollgan Münchau, que profetizaba: “Esta crisis ha comenzado en USA, pero es en Europa donde podrá ampliarse a la catástrofe”.
En su blog, Georges Ugeux, presidente de Galileo Global Adviser acusa, el 7 de octubre de 2011, a los dirigentes europeos, de haber agravado la crisis griega, porque ésta hubiera sido resuelta, un año antes por la colaboración propuesta por los bancos, que no fue aceptada por la eurozona hasta el 21 de julio de 2011 y retrasada su aplicación hasta la aceptación del Parlamento Esloveno.
Alguien tendría que explicar para qué sirven los stress tests , los Bancos o la Comisiones Nacionales de los Mercados de Valores de los Estados miembros. Los primeros siquiera tuvieron efecto en sus destinatarios, los famosos “mercados” y el caso de Bankia parece ya un ejemplo suficiente para poner en duda los otros dos organismos españoles. El rasgo es aún más grave si consideramos que las funciones del BCE son las de “dirigir el sistema europeo de Bancos Centrales” y “ de “Presentar al Consejo, al Parlamento Europeo y a la Comisión un informe anual sobre las actividades del Sistema Europeo de Bancos Centrales y sobre la política monetaria del año en curso y del año precedente.
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