-¿Entonces el 2 de septiembre comenzó la 4º guerra púnica? -Había comenzado antes, pero aquí empezó la parte interesante.
-¿Y qué pasó, maestro?
-Los cartagineses descubrieron aquí que no tenía sentido volver a provocar a los romanos, y ya que sabían navegar y comerciar como nadie, se dedicaron al tráfico de influencias.
-Pero eso es ilegal.
-Todo lo que hacían los cartagineses era ilegal o engordaba. Pero es que no sabían hacerlo de otro modo. Ni aunque redujeran a polvo su capital.
-¿Y entonces?
-Anibal había sido sustituido en este caso por Esperanza, una experta en eludir emboscadas, y Cifuentes. una lince en caer en ellas. El sistema que idearon estaba tan bien atado, que les permitía ir unos pasos por delante de la corrupción. Los peones caían gustosos siempre que ellas, particularmente Espe, no salieran dañadas. Escipion había colgado las armas y regentaba una sauna gay. No representaba una amenaza seria
-Pero...
-Pero. El problema es que los romanos nunca olvidan. Si en su momento no permitían alguien que les superara militarmente, tampoco ahora a alguien que intente ser más corrupto.
-Es una cuestión de egos.
-No, de gafes. Los cartagineses siempre han tenido un gafe espantoso.
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