Esto es lo primero que sentí cuando he leído los resultados de la encuesta de Pew Reseach Global Attitude Researh, sobre la opinión de los europeos sobre Europa, publicados el pasado lunes. No es raro que pensara inmediatamente en la obra de Laing que titula este artículo. Ya no existe la “antipsiquiatría” de la Comunidad Terapéutica de Kingsley Hall, de la que vimos un rasgo en el psiquiátrico de Conxo. Ya nadie ayudaría a una Mary Barnes que encontró el genio de su pintura en un seguimiento de su impulso de embardunar las paredes con su propia mierda o a que los europeos conciliemos la distorsión de nuestra percepción sobre el proyecto europeo.
Vamos a necesitar recuperar el ímpetu de Laing, Cooper o Faucault, por citar algunos de los que alimentaron un movimiento que parece que hemos desterrado. ¡Ojala logremos interesar a una nueva psiquiatría que ha desconstruido el reto.
La encuesta se ha realizado en siete Estados miembros: Alemania, España, Francia, Grecia, Italia, República Checa y Polonia. Los resultados revelan, en efecto, graves patologías.
Por una parte, vemos una Alemania aislada, ya que el 57% de sus ciudadanos están contentos con el proyecto de su gobierno, mientras los de los otros territorios están descontentos con los de sus propios gobiernos y en algunos casos el descontento es alarmante. Grecia 97%; Italia 96%; España, 94%; Francia y República Checa, 80%.
Mientras solamente el 3% de los alemanes considera que la situación económica es mala, 79% de los españoles, 72% de los griegos y 58% de los italianos consideran que sus economías van muy mal, pero lo que es revelador es que la negatividad proviene de las siguientes razones:
-Falta de alternativas de empleo: 94, 97 y 99% respectivamente.
-El hecho que el sistema económico favorece a los ricos: 89%,86% y 95%.
-La inflación: 69, 84 y 94%.
-Aumenta el foso entre ricos y pobres: 75, 75 y 84%.
-El contexto económico es muy malo: 79, 58, 72%.
-La integración económica debilita la economía: 60, 75, 78%.
-Responsabilidad de sus representantes políticos estatales: 72, 68, 75%.
Solamente los alemanes, concretamente el 75%, tienen una buena opinión sobre la marcha de la economía.Grave síntoma, porque se han quedado solos desde la unanimidad generada en la materia al principio del periodo. El foso se ha producido con las enormes pérdidas de adhesión de los ciudadanos no alemanes representados en la muestra. En este sentido los españoles han bajado 61 puntos; los británicos, 54: los italianos 22, los franceses y checos, 20.
La soledad alemana se cimenta en la crisis. En 1991 el mayor apoyo a la integración económica de Europa provenía de España, el menor de Francia. En 2009 hay tres Estados que ven positivo el futuro: España, Polonia y Alemania. En 2010 quedan Polonia y España. En 2012, Alemania se queda sola.
La confianza en la UE era ampliamente mayoritaria, puesto qu en 2007, los más entusiastas eran los griegos y los españoles, respectivamente con 83% y 80% y los menos, los checos y británicos.
En 2013 solamente 3 socios conservan algo de este entusiasmo: polacos, 68%; alemanes, 60% e italianos, 58%.
Si cambiamos la perspectiva tenemos un panorama muy diferente y desde luego, una buena reflexión. Sólo los griegos se niegan a considerar que Alemania es el miembro más fiable. Hay unanimidad en el objetivo de la reducción de la deuda, aunque se producen divergencias con respecto al recorte de gastos del Estado, recurso muy apoyado por los franceses, 91%; y en menor medida por alemanes y españoles.
Hay unanimidad en la preservación de un euro fuerte y los más ardientes defensores son los griegos, 69%, españoles, 67% y alemanes, 66%.
Merkel es aprobada por alemanes, su aprobado abarca el 74% de la población; frente al 74% de los franceses; el 73% de los polacos; el 72% de los checos. Es suspendida por los españoles, 39%; italianos, 36% y sobre todo, los griegos 10%. Hollande tan sólo es aprobado por el 57% de los españoles y el 53% de los alemanes. Cameron por el 58% de los polacos y el 50% de los franceses.
Parece que la soledad alemana no es tal y así lo muestran los jóvenes entre 18 y 29 años. En 2013 confían en la Unión Europea, en 5 territorios: encabezan, obviamente, los alemanes, 75%, pero también están a la altura los italianos, 66%. Algo, me parece, que debemos hacer.
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