SOCHA: Firma Colectiva
Aunque entre noticias y cifras no aparezca, lo que aflora ahora en la Operación Chamartín es un fluido sutil e inteligente que se mueve por los medios de comunicación, mentideros políticos y económicos, y en los lugares donde se toman decisiones. Sutileza pura. Finura, agudeza, perspicacia, argucia e ingenio. Exquisita y opuesta a la estupidez bobalicona o a la simpleza tontaina que puede haber en otros ámbitos, pero no aquí.
Una muestra venía de la mano de Europa Press: Una noticia que fluyó por las redacciones y que mereció la atención de los medios que siguen el asunto desde que Antonio Béjar y Francisco González presidieran DCN y BBVA, e incluso antes. En Vozpópuli, el digital que fundó Jesús Cacho, se leía “Más de una docena de grandes inversores institucionales, entre ellos fondos soberanos, hedge funds y fondos de real state, ha expresado a BBVA su interés en participar en Madrid Nuevo Norte... Entre los fondos que han expresado su interés al banco presidido por Carlos Torres estarían el fondo soberano de Qatar, Broockfield o Mitsubishi, que se mantienen al tanto de la evolución del proyecto.
BBVA, que tiene un 75% de Distrito Castellana Norte, dio por concluidas por el momento las negociaciones preliminares que mantenía con Merlin Properties sobre determinados activos relacionados con el proyecto sin que se hubiera alcanzado ningún acuerdo ni existiera certeza de alcanzarlo en el futuro, después de que se filtraran dichas negociaciones”. La información tenía miga; y no todas pero sí algunas de las cualidades que convierten la novedad en noticia (Quién, qué, cuándo, dónde, cómo, por qué y para qué).
Sobre lo mismo, el 6 de octubre, Expansión repetía lo que facilitaba Europa Press y usaba Vozpópuli, e incorporaba con redacción ligera y un punto delicada lo que, a la postre, resultan sutilezas. Con finura y agudeza añadía: “En cualquier caso, el banco, abierto a recibir muestras de interés, está dispuesto a estudiar la eventual incorporación de un inversor a DCN siempre que aporte valor al proyecto aunque no tiene prisa por hacerlo. Por el momento, su intención en el corto plazo es proseguir con las autorizaciones y las ampliaciones de capital que están previstas en el calendario de un proyecto que tiene un largo periodo de maduración, según las mismas fuentes. No obstante, tanto la entidad como los fondos interesados en participar en el proyecto son conscientes de que Madrid Nuevo Norte no está en el ‘core business’ del banco y que, por lo tanto, no prevé estar ligado al mismo durante los 25 años que puede durar una operación urbanística de tal envergadura”. Sutileza pura. Con los matices que precisan y esperábamos.
A la vez, otros medios publicaban la intención de Trinitario Casanova de reivindicar los derechos de reversión que cree tener y apuntamos: “Tiene en su poder los derechos de reversión correspondientes a los terrenos donde se va a llevar a cabo el nuevo desarrollo urbanístico de la capital... Hace año y medio el propietario de Baraka se hizo con esos derechos, que estaban en manos de los antiguos propietarios de los terrenos que se expropiaron en los 40 para poder construir los desarrollos ferroviarios de Fuencarral y Chamartín. Todos ellos estaban agrupados en la asociación No abuso... En total, algo más de un millón de metros cuadrados que estaban en mano de mil familias a las que ya se les ha abonado una cantidad económica que no quieren desvelar. La intención del grupo, en principio, es poder desarrollar el proyecto por su cuenta”, escribía Antonio Criado el 4 de octubre en El Español, a la vez que añadía la opinión de Trinitario Casanova “Por desgracia no nos vamos a entender de buenas a primeras”; y citaba un burofax, de Baraka a BBVA y Merlin Properties, para advertir que (en Baraka) estaban valorando presentar una demanda y (pedir) que cesaran sus conversaciones para la venta de la participación de BBVA en DCN. Sutileza, y más matices.
Las anteriores son una muestra, escasa, de las sutilezas inteligentes que en estos momentos, pendientes del resultado de las Elecciones Generales y de lo que éstas produzcan, aparecen en algunos medios de comunicación y en los centros políticos y económicos en los que se toman las decisiones que van a determinar, inexorablemente, el futuro de la Operación Chamartín.
Hace unas horas, alguién, no importa quién, trataba de hacernos ver, comunicarnos, o intoxicarnos, que las noticias anteriores podrían tener como objetivo influir en la parte débil del núcleo decisorio de DCN, Constructora San José. En principio, nos decía, BBVA tiene las tres cuartas partes del capital social de DCN, pero soporta, como rémora, al socio minoritario (Constructora San José). Con esto, BBVA se aparta (o hace como que se aparta) del órgano decisorio mayoritario en DCN, se muestra dispuesto a que alguien (los fondos citados u otros) se una al grupo BBVA-Constructora San José, y permite con elegancia cuitada que el socio que ha tenido durante 26 años pueda decidir, desde la nueva situación que asoma con socios nuevos, alguna de estas dos opciones: Salir del grupo parcial o totalmente y recoger beneficios. O seguir apostando por la rentabilidad del proyecto DCN.
Puede ser. Es una explicación plausible. Pero no es única. Hay otras. Porque, pendiente la decisión de la Comunidad de Madrid y conocida la intención (supuesta instrucción) del Banco Central Europeo (lo apuntamos en alguna entrega anterior) sobre la exposición del BBVA en una operación urbanística del calado de la Operación Chamartín, tras las elecciones generales próximas, en la Operación Chamartín ha de haber novedades. Hoy son desconocidas, porque dependen del resultado electoral, de quien, desde ADIF-Ministerio de Fomento, gestione el futuro del Concurso que RENFE adjudicó en 1993 para el desarrollo de la Operación Chamartín, y de otros factores, algunos conocidos, y otros desconocidos o sólo intuidos..
De momento, noticias de calado limitado. Y sutilezas: Las anteriores, y otras.
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