El dinero en efectivo tiene los días contados. El uso de las tarjetas de crédito y débito ya está plenamente extendido y, cada vez más, las aplicaciones de pago electrónico a través del teléfono móvil.
La apuesta por los pagos digitales podría provocar que dentro de tan solo 5 o 10 años se viva en un mundo sin dinero en metálico. Esto es precisamente lo que opina el 43% de las empresas españolas, que considera que España podría ser un país sin efectivo en 2030, según recoge el Informe Europeo de Pagos de Intrum.
Esta tendencia confirma los datos del Banco Central Europeo, que año tras año refleja en sus informes cómo se incrementan los pagos efectuados por medios distintos al efectivo en la Unión Europea. Solo en 2018 se alcanzaron los 90.7000 millones de operaciones.
Sin embargo, en España hay regiones como Murcia en las que 7 de cada 10 empresas creen que nunca llegará a desaparecer el efectivo, algo similar a lo que consideran las empresas castellano y leonesas (69%) o las gallegas (67%).
Algo más optimistas en este sentido son las empresas madrileñas, donde un 52% prevé una sociedad sin efectivo en menos de 10 años, seguida de las aragonesas y las valencianas, con un 50%.
A nivel europeo, España está cinco puntos por debajo del promedio (48%), situándose como uno de los seis países europeos que ven más lejana la implantación de una sociedad sin efectivo. Por debajo se sitúan Letonia, donde el 43% de sus compañías cree que su país no tendrá dinero físico en 10 años, República Checa o Bulgaria (32%).
Los impactos de una sociedad sin efectivo en las compañías españolas
Aunque son muchas las empresas que comienzan a vislumbrar con optimismo un mundo sin dinero en metálico, también hay interrogantes al respecto. Según el último Informe Europeo de Pagos elaborado por Intrum, en el que se han participado casi 12.000 empresas de toda Europa, el 40% de las compañías españolas asegura que la exposición a los ciberataques se incrementará si todos los pagos se realizan online. Una valoración 12 puntos por debajo de la media europea, que se sitúa en el 52%.
En el ámbito regional, las empresas vascas son las que se sienten más inseguras ante una sociedad sin efectivo, pues el 72% considera que aumentará su exposición a los ciberataques. Le siguen las empresas aragonesas, donde el 63% realiza la misma afirmación y las madrileñas (59%).
Esta percepción contrasta con la de las organizaciones murcianas, pues solo el 23% considera que una sociedad sin dinero en metálico incrementará los ciberataques.
En cuanto a los costes de empresa, sólo un 21% de las organizaciones españolas apunta que una sociedad sin efectivo provocará un aumento de los gastos, frente al 35% que cree que estos costes descenderán gracias a la eliminación del dinero en metálico.
Al igual que a nivel nacional, las empresas de las distintas comunidades autónomas españolas también consideran que la eliminación del dinero en metálico disminuirá sus costes. Es lo que opinan 6 de cada 10 compañías aragonesas y el 47% de las castellano y leonesas, siendo las dos regiones más optimistas en relación con los costes derivados de un mundo sin efectivo.
Por otro lado, solo 2 de cada 10 empresas españolas piensa que los nuevos métodos de pago conllevarán una reducción del número de clientes. Por Comunidades Autónomas, las empresas vascas y gallegas superan este promedio situándose en un 38% y 31% respectivamente, mientras que solo un 10% de las compañías valencianas considera que una sociedad sin efectivo implicará la perdida de clientes.
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