Los dos sucesos a los que me refiero hablan de muerte y de sus consecuencias. El primero la muerte en una carretera cordobesa de un lince ibérico. Dice el Diario Córdoba: Un lince ibérico ha sido atropellado esta tarde en las inmediaciones de Córdoba. La muerte de un animal de una especie protegida como esta requiere un protocolo especial que se ha puesto en marcha inmediatamente para determinar cómo se ha producido el siniestro. En el día de hoy se está buscando con lupa el autor del atropello.
El segundo llena las páginas de los periódicos, las pantallas de las televisiones y las ondas de la radio. Hablan del traslado de los restos mortales de Franco. De sus orígenes y su futuro. Un tema complicado en el que no quiero –ni debo- entrar.
Pero sí voy a hablar de un problema que vivo en primera persona. Desde su inicio actúo como voluntario en “Calor y café”. Por eso no es necesario que me haga eco del mensaje de Caritas en el día de los “Sin Hogar” que dice: “Ponle cara a los sin hogar”. Yo conozco sus rostros. Pero además de conocerlos los escucho. Aquellos que durante la noche son acogidos en algún lugar en el que pueden dormir, se ven en la calle desde las nueve de la mañana a las nueve de la noche. Sin tener a donde ir, ni donde refugiarse del frío, la lluvia o el calor.
Algunas veces los veo deambulando por Málaga sin rumbo fijo y soñando con la hora en que puedan encontrar un hogar o volver al lugar donde son acogidos. Añoro la posibilidad de que tengan un lugar parecido al que tiene el Padre Ángel en Madrid. Un lugar abierto todo el día en el que poder sustituir a ese hogar del que carecen y sentarse un rato a lo largo de la larga jornada.
Lanzo esta idea por si alguien la puede secundar. Hay locales vacíos, o con una escasa utilización que se podrían adecuar para estas necesidades. Confío en que no faltarían voluntarios que se preocuparan del mantenimiento y cuidado de los mismos. Me parece muy importante el cuidado del al naturaleza y de la sensibilidad política de la gente, pero me parece una incongruencia en que no pongamos el acento de una manera preferente en los seres humanos que sufren.
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