Fui fuerte para decir adiós, para el momento de la despedida, supe hacerlo.
Pero quiero ser la luz principal del protagonista de aquella escena (tú), debo ser bombilla, luz solar, linterna, pila.
Mi capricho es ser la luz para permitir que todo se vea y dar calor, sensación especial que a todos apetece. La luz secundaria, de fondo y el contraluz lo dejo a otras personas, con otras inclinaciones o vocaciones.
Siendo luz, dejaré de ser yo, de carne y hueso, y podré pasar desapercibida por tus aceras, por tu trabajo... como si fuera por debajo de un túnel oscuro, y todo, hasta que acabes de rodar tu película.
Me iré luego y seré yo de nuevo, podré recordar que estuvimos juntos. Tú, no.
De esta forma siendo luz, estaré contigo sin que sepas, contemplando tu acción, si me lloras o ni me recuerdas, después de aquel triste adiós.
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