Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Reflexión | Literatura | Madrid

​A la lumbre de Umbral

Madrid albergó un encuentro en torno a la figura del intemporal literato
Diego Vadillo López
viernes, 13 de diciembre de 2019, 08:46 h (CET)


El pasado 12 de diciembre tuvo lugar en la Librería La Lumbre el encuentro-coloquio “Los Paraísos Artificiales. Tertulia abierta en torno a Francisco Umbral”, evento coordinado y promovido por Raúl Gómez (AFICHE) a la que acudieron representantes de la Fundación Francisco Umbral, incluida la viuda del autor homenajeado. Desarrollaron sendas ponencias: Emilio Blanco (catedrático de Periodismo y Literatura de la URJC), Bénédicte de Buron Brun (profesora de la Universidad de Pau (Francia), Marina Casado (escritora y periodista), Ignacio Díez (catedrático de Literatura de la UCM) y Álex Prada (escritor).

Raúl Gómez abrió el acto compartiendo, entre otras anécdotas, una especial sucedida el día en que le presentaron a Umbral en unos cursos del Escorial, poco después de que le concedieran el Príncipe de Asturias al autor de ‘Mortal y rosa’; justo en aquel instante apareció la reina, hoy emérita, doña Sofía, procedente de otra conferencia y Umbral, como un resorte, exclamó: “¡Anda, la reina, la voy a saludar, ya que me han dado el premio de su hijo!”, dicho lo cual se fue a saludarla rompiendo el protocolo e interrumpiendo el encuentro con don Raúl, quien afirmó que para él Umbral ha sido “padre, dios y maestro”.

Tras las palabras introductorias del auspiciador del encuentro, tomó las riendas Bènédicte de Buron, que cedió la palabra al profesor Ignacio Díez, quien llevó a cabo ciertas disquisiciones al respecto de lo que, a su parecer, comparten dos libros como ‘Mis paraísos artificiales’ y ‘Mortal y rosa’. Bajo su punto de vista el primero de dichos libros es harto reivindicable, pese a su arrinconamiento en el anaquel del olvido, toda vez que parecen gustar más los libros serios, algo (la seriedad) que no cultivaría a su entender demasiado el Umbral setentero, un Umbral más divertido que filosófico, acreedor, según apuntaba el profesor, de una extraordinaria fuerza y vitalidad.

También aseveró el profesor Díez que es peligroso leer a Umbral porque aumenta las dioptrías merced a los fogonazos de genialidad que se suelen desprender de su prosa.

Marina Casado estableció una serie de conexiones entre Umbral y el 27, centrándose en las conexiones entre el intrínseco sentido exílico de Alberti y del propio Umbral, dos escritores unidos por su concepción del paraíso perdido.

Alex Prada, entre otras cuestiones, apuntó lo complicado que resulta hoy llegar a Umbral toda vez que el ruido mediático que se generó en torno a su figura, lo desfiguró para el colectivo imaginario (valga el juego derivativo). Explicó cómo él llegó a Umbral a través de ‘Las ninfas’, que andaba por una estantería doméstica. Asimismo, aseguró ser muy afecto al Umbral más gamberro y nocturnal.

Emilio Blanco, desde una perspectiva masculino-heterosexual, aseveró que la prosa umbraliana porta la calidez de un femenil abrazo. Y apuntó, entre otras cosas, el mérito literario de un escritor portador de gran bagaje pese a haber acudido únicamente a la universidad de la vida y de lo libresco.

Asimismo, salieron a la palestra otros asuntos: el temperamento agenérico o poligenérico del escritor, su gran capacidad de aprehensión de la realidad, su facilidad plástico-narrativa, el culturalismo que puebla sus textos…

El acto finalizó con varias intervenciones por parte de un animado público, entre el que se encontraba la hispanista china Li Zihuoqun, profunda conocedora del autor que, no en vano, se halla embarcada incluso en labores de traducción de alguna novela de nuestro literato.

Noticias relacionadas

Europa se muere, ya está agonizando, esperando defunción y funeral. Mi intención como columnista, no es alarmar, es reconocer y asumir la verdad. Por ejemplo, hace un siglo Venezuela estaba entre los países más ricos y hoy la realidad es muy diferente. En la actualidad países como Lituania, en 10 años, ya ha alcanzado el nivel de España.

El centro educativo es un microcosmos que refleja, en alguna medida, la sociedad en que vivimos. Al margen de la práctica que en ella se desarrolla, en algunas ocasiones, las actitudes inadecuadas o disruptivas, protagonizadas por los alumnos, que pueden considerarse cosas de niños, dependiendo de la gravedad de las mismas, reproducen actitudes que vemos también fuera de las aulas, fruto, tal vez del desconcierto actual de la sociedad.

El tema de la regulación emocional y el control de las emociones está de actualidad también en el siglo XXI, al igual que en el anterior. Vivimos en la realidad social del espectáculo y la diversión. Algunos pensadores como es el caso de Mariana Alessandri hablan de una sociedad enferma que solo quiere la alegría vital sin sombras y sin ningún dolor, sufrimiento o problemas, algo absolutamente imposible. Solo se quiere el sol, pero no la sombra.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto