La presión internacional de la Unión Europea (UE) para que se celebren en Venezuela unas elecciones realmente libres es esencial. Pero, como es lógico, la UE está a expensas del liderazgo que por razones históricas y culturales le corresponde a nuestro país. La falta de iniciativas creativas y contundentes para recuperar la democracia en Venezuela incrementa la sospecha de que la entrada de Podemos en el Gobierno ha exigido aligerar la presión sobre Maduro. Es necesario que el gobierno depure responsabilidades en torno a la actuación del ministro Ábalos y que aclare su posición y su ambigüedad sobre Venezuela.
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