En los genes de Inglaterra anida la pulsión de dividir y enfrentar. Si se va de un lugar (como la India), lo deja troceado. Ya regresará para apoyar a una de las partes y debilitar a la otra. Esto opera también en lo ideológico. España, con relación a Hispanoamérica, lo ha olvidado.
¿Volverá la diplomacia inglesa a enredar en Europa? Si mentir es malo, mentir fomentando odio es criminal.
¿Conspiranoia? Cuando en las escuelas explican las causas de la I Guerra Mundial los alumnos que piensan se preguntan como un magnicidio puede provocar una catástrofe de semejantes envergadura. ¿Por qué no explicarles que fue la lucha entre los imperios por repartirse los continentes, sus riquezas y rutas? ¿Por qué no contarles el antecedente de la Conferencia de Berlín (1884–1885)?
De paso, en estos tiempos de globalismo corporativo, hay que recordar que ya desde el siglo XVIII el mundo financiero estaba muy entremezclado, y más que pertenecer a naciones, convertía a estas en sucursales. Ocurrió especialmente con Alemania, Inglaterra y Francia. Los Rothschild son un ejemplo de multinacionalidad.
Volviendo al tiempo previo al 14, aquella “paz armada”, dedicada a la fabricación de armamento, fue el anticipo de lo que vendría. Cuidado con lo que se crea: puede adquirir una autonomía incontrolable. En la generación de la siguiente guerra mundial (II Guerra Mundial), tan sólo 21 años después, y más devastadora aun (60 millones de muertos), actuó el mismo juego de intrigas.
El Tratado de Versalles, en vez de ser un instrumento de reconciliación y paz, degeneró en la depredación de la nación vencida. La pobreza causada provocó el temor al contagio revolucionario (ahí estaba 1917), por lo que capitales industriales y bancarios, nacionales y extranjeros (Austria, Gran Bretaña, Checoslovaquia, Finlandia, Francia, Italia, Holanda, Hungría, Suiza, Suecia y Estados Unidos), incluidos mediáticos (W. R. Hearst no podía faltar) afluyeron en beneficio de la extrema derecha alemana (ver “Quién financió a Hitler”, de James y Suzanne Pool; “Dinero y poder en el Tercer Reich”, de David de Jong, o “El oro de Hitler, en RTVE play, entre otros muchos).
Así mismo, la doctrina del espacio vital de los vencidos (Lebensraum), bien encauzada, podía servir para que Alemania y Rusia se destruyeran mutuamente. En definitiva, Mackinder --avanzar hacia el este--, vencía a Haushoffer, que proponía un puente entre el centro y el este; la telurocracia frente a la talasocracia.
¿Más conspiranoia? ¿Por qué entonces las potencias vencedoras permitieron que Alemania se rearmara fuertemente, en contra de las estipulaciones de Versalles? No parecerá impensable si recordamos la “Operación Impensable” de Churchill, seis meses después de la firma del Acuerdo de Yalta (¿pacta sunt servanda?), o el tardío desembarco en Normandía, tan sólo un año antes de que terminara la guerra.
Cuando no intervenir no es imparcialidad
La guerra española no escapó a esta estrategia. El Comité de No Intervención fue una operación de cinismo. Inglaterra temía que el régimen republicano recortara los grandes intereses económicos que poseía en España.
¿Cuál era la misión del Comité?: que no se armara a los contendientes. Pero mientras la flota inglesa impedía que a través del Atlántico llegara armamento a la República, en el Mediterráneo la alemana hacía todo lo contrario con su aliado.
Actualmente nuestro despiste histórico se ha ahondado: con estupor leemos que en Huelva se ha instituido la “I Feria del legado británico”. Un olvido insolidario de los sucesos de 1888 en Riotinto.
Inglaterra despliega la cartografía europea
La cuestión es que Inglaterra pretende estar de nuevo al timón. Nadie sabe cómo ha sido, pero ha vuelto sin volver. Mientras tanto, la despistada Alemania se dispone a demostrar una vez más que los golpes, por más fuertes que sean, no le duelen (sería la tercera vez). Ciertamente la Historia se repite. Para confirmarlo tenemos a la Francia de la “grandeur” perdida y no recuperada.
¿De nuevo estaremos haciéndole el juego a Inglaterra, la gran muñidora? ¿Cómo atender a sus llamados estratégico-morales cuando está pendiente lo de Gibraltar, con su aeropuerto en tierra de nadie; su invasión de nuestras aguas; la contaminación realizada por sus caducos submarinos? Son cosas antiguas, dirán espíritus indolentes, sin calibrar que las cosas no resueltas no envejecen; menos, si sangran, como el estado palestino. ¿Habrá rearme para esto, para Siria, para Marruecos?
Doble juego
Poco tardó Starmer en visitar a Trump. A Europa la azuza y con EEUU se enaceita adecuadamente. ¿Y cuál es el resultado real de esta algarabía? Que la UE cumplirá lo ordenado por Trump y gastará en armamento mucho más de lo necesario.
Sobre el actual primer ministro inglés, lo de siempre: promesas incumplidas. Lo de nacionalizar los servicios clave tendrá que esperar a mejores tiempos de ética partidaria. ¿Si no cumple con los suyos, cumplirá con los demás?
Por cierto, Starmer no es el único dirigente laborista con título aristocrático, recordemos a Blair, el artífice de la Tercera vía dando un rodeo por Irak. The Times, informaba de que si ahora se celebraran elecciones, los laboristas (ya divididos) perderían cerca de 200 de los 411 escaños obtenidos en julio pasado. Mientras destinan a la guerra un 2,5 por ciento del PIB, ya hay un 24 por ciento de pobres. Luego se quejan del ascenso de otras fuerzas.
Pero Starmer no está solo en lo del rearme. Bronwen Maddox, directora de Chatham House, uno de esos grupos de pensamiento (éste, británico) que lo saben todo (como antes las agencias de calificación, que luego descubrimos tenían intereses directos sobre lo calificado) anticipa el futuro: “El año que viene y los siguientes, los políticos tendrán que prepararse para reclamar dinero mediante recortes en las prestaciones por enfermedad, las pensiones y la sanidad”. Qué circunloquio.
La señora Maddox no oculta sus filias y fobias. Los sectores más inermes de la sociedad, enfermos y ancianos, serán los paganos principales. Gracias por anunciar tan inesperada novedad. No habla de grandes capitales ni de impuestos de guerra para los ricos. ¿Por qué no piensa en ellos; acaso les va mal? Según Oxfam, no:
“La fortuna de los milmillonarios está creciendo a un ritmo de 2.700 millones de dólares al día”.
Pero ella, tan ajena a la City, no sabe de estas cuentas.
Avances territoriales
¿Es creíble la amenaza sobre Europa? La Historia dice lo contrario: el territorio amenazante ha pasado de los 23,7 millones de kilómetros cuadrados a los 17,1 millones. Más de 32 Gran Bretañas. Eso sin contar las zonas de influencia ocupadas por la Alianza Atlántica. Añadamos la pérdida del 50 por ciento de su población.
Si hacemos inventario de las mutuas invasiones comprobaremos que Europa, aparte de no saber nada de Historia, no aprende de sus fracasos.
¿Dirán que la guerra en Ucrania demuestra que es fácil avanzar sobre Europa? Además, ¿alguien cree que EEUU, que reclama Groenlandia, Canadá, Panamá, abandonaría sus 275 bases en Europa?
El 16 de marzo de 2025, El País decía lo siguiente: “El considerable gasto militar europeo, que triplica el de Moscú…” (326.000 millones de euros, un 1,9 por ciento del PIB). ¿Por qué más dinero? Si le sumamos los 800 mil millones planificados superará incluso al de EEUU (880 mil millones). Se añade que tal gasto activará la economía. ¿Cuál, la de Inglaterra, la de Francia? ¿Y Alemania? Alemania, debajo (como expresaban los EEUU), sin energía barata para mover su industria. Anglosajonia se la jugó bien.
España, que para entrar en la UE tuvo que desindustrializarse inexplicablemente, en beneficio de los países centrales y nórdicos, ahora, por mandato comisarial, tiene que reindustrializarse como ellos quieran. España, que en las dos guerras mundiales tuvo la sabiduría de ser neutral; España, que no ha recibido el menor apoyo para el Sáhara, Canarias, Ceuta, Melilla, Gibraltar, siempre pagando.
¿Activación económica de la UE? ¿Acaso se ignora que por el momento el 70 por ciento de las compras será a EEUU? Esto sin contar las acciones que sus multinacionales tienen en la industria europea. Por ejemplo, Black Rock en la alemana Rheinmetall, en las francesas Dassault y Thales, en la británica BAE Systems, en la italiana Leonardo. Incluso en Airbus. Las demás, ídem.
1 + 1 = 0
Ya que volvemos a doctrinas de la guerra fría, incluyamos sus pasadas prevenciones. La doctrina 1 + 1 = 0 significaba que la victoria nuclear sería la destrucción mundial (salvo para los que tuvieran reservas para tres días o hubieran preparado un bAnker, tal como lo pronunciaba un locutor bisoño).
Control. Releamos al inglés Mackinder: "Quien gobierne en Europa del Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla-Mundial; quien gobierne la Isla-Mundial controlará el mundo". El Heartland se extiende desde el Volga hasta el Yangtze y desde el Himalaya hasta el océano Ártico. La Isla Mundial comprende Europa, Asia y África.
¿Es realizable esta doctrina de 1919, cuando no había armas nucleares? ¿Es posible, necesario, prudente, moral, querer apoderarse del mundo? Los pupilos de Mackinder (Kennan, Kissinger, Brzezinski, Mearsheimer, Matlock…) ya advirtieron sobre que pasados determinados límites los resultados podrían ser suicidas (ambas potencias conjuntamente pueden destruir al mundo 10 veces). Pero Clinton estaba en sus actividades becarias mientras empujaba a la Alianza Atlántica hacia el este.
De la materia crematística al ideal
La UE se mueve en sentido contrario. Primero provoca los efectos y después ajusta las causas. Hace poco, EEUU la cohesionaba subalternamente. Ahora, le crecen los héroes sin proyecto.
Todo muy normal: primero se autoproclaman los monarcas (¿vamos hacia una monarquía absolutista?), luego se establece el presupuesto, más tarde, seguramente, se realizará el proyecto estratégico, y finalmente, quizás, sepamos qué tipo de entidad territorial pisamos.
Macron (con experiencia en Rothschild), nuevo triunviro, ha olvidado su fracasada gestión social, el poco apoyo que recibe de su pueblo, o que su país ni siquiera aprobó la Constitución europea. Pero esto en nada empaña su afán de preeminencia.
Starmer (con experiencia en la Trilateral) quiere el ejército pero no la entidad territorial (¿esperará que de nuevo Europa sea la trinchera salvadora? En la IIGM sólo tuvo 430 mil bajas).
El tercer triunviro (bicéfalo: Merz, experiencia en Black Rock, más Von der Layen), representa a un país incapaz de proteger a su soberanía energética y de protestar.
¿Los demás? A pagar y callar.
Hablábamos de constitución fracasada. El Tratado de Lisboa que la sustituyó hizo hincapié en los principios de igualdad democrática, democracia representativa y democracia participativa. ¿Es lo que estamos viviendo?
Sólo percibimos una burocracia hipertrófica movida por unas élites privatistas sin ninguna simpatía por el interés general público ni por los estados que integran a la UE, y a los que consideran limitadores de sus intereses. Ni unión ni federación ni confederación, sino debilitamiento de los estados que la sostienen. ¿Una sucursal del gobierno global?
Por otra parte, lo más preocupante ahora es que no se crea una defensa para preservar la paz, sino un cuerpo que encuentra su filosofía en la hostilidad.
Sin diplomacia
¿Y quién encabeza a su diplomacia? Una comisaria que revela (si sus palabras son ciertas) que “los líderes globales (¿pero qué líderes globales?) están considerando dividir a su vecino en naciones más pequeñas". ¿Qué pensarán los países europeos que tienen problemas de separatismo? Con su vaniloquia lo está legitimando. ¿Es esta la carta ética que esgrime la UE? No olvidemos que su país conmemora anualmente a los culpables de la II GM. ¿Esta diplomática no profesional meterá también a la UE en el berenjenal taiwanés?
¿Tiene la UE autonomía real?
Europa fue (es) un instrumento de su impulsor. Pero este no ha obrado generosamente. La faena principal fue dejarla sin energía. Gripado su motor principal ¿lo reactivarán las armas?
No se olvide que parte importante de esa industria tiene participantes norteamericanos gigantes que no permiten que se menoscaben sus intereses. Marco Rubio ya ha dicho que la exclusión de empresas estadounidenses de las licitaciones europeas será visto negativamente por Washington.
¿La carrera armamentísta es la solución a la crisis que atravesamos? ¿O la pulsión europea tiene otras claves? ¿Estarán dispuestos los “dispuestos” o no les llegará el mandato para demostrarlo? ¿Qué herencia?
Puestos a diseñar un modelo nuevo, ¿por qué heredar los enemigos de EEUU? Sabemos que la extensión al este fue una decisión de quienes ahora deciden (dicen ellos) abandonar Europa. ¿Por qué seguir una política que ellos mismos clausuran? ¿Tiene todo esto lógica?
¿Soberanía económica e interés nacional proscritos?
Europa ha optado por el pensamiento unilateral, con menoscabo de una pluralidad existente y necesaria. ¿Por qué después de los fracasos de la Comisión Europea, del maltrato a países integrantes, especialmente del sur, hemos de confiar en las buenas intenciones de un eje (Inglaterra, Francia, Alemania) cuya tradición es egoísta y disturbadora?
La designación de Von der Layen es paradójica. No será por sus éxitos. La inversión descomunal que ha propuesto Mario Draghi es precisamente la respuesta (no compartida por todos) a los fracasos de la Comisión Europea. ¿Seguiremos error tras error a quienes se han apropiado de Europa?
Mientras tanto, la representatividad, la participación, la pluralidad, la soberanía proclamadas en el Tratado de Lisboa se resisten a manifestarse. ¿Son la soberanía económica y el interés nacional unos proscritos? ¿Dónde dice que debe ser así?
Una prueba fáctica de que no se pretende crear una entidad similar a la nación, pero de mayores dimensiones, es que no se crean las estructuras precisas. ¿Cuál es la base del control democrático? ¿Un parlamento archifraccionado y con competencias limitadas? ¿Por qué no hay, por ejemplo, unos partidos europeos? ¿No quiere la corporocracia unos partidos que representen proyectos sociales distintos? Los nacionales no resultan, no pueden resultar operativos.
¿Unidos sin distinción en la guerra, es decir, en el caos? ¿Un miedo más, el tercero, para encarrilarnos convenientemente?
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