La administración Trump, al proceder del modo como lo está haciendo con el Salvado, no solo desafía la suspensión judicial de las deportaciones y avanza imparable en su política de expulsiones y deportaciones indiscriminadas, sino que, eso dice Rubio, consigue ahorrar dinero al contribuyente. Pero también se trata de fortalecer lazos entre ambos líderes. Trump cuenta con Bukele, a quien las masas, dentro y fuera de El Salvador, aclaman como ejemplo de lucha a favor del orden, y Bukele cuenta con Trump para favorecer el florecimiento de líderes similares en América Latina. El caudillismo florece, animado por Estados Unidos, esta vez sin que ni siquiera sean necesarios los Golpes de Estado.
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