El Papa ha asegurado que "la religión auténtica es fuente de paz y no
de violencia", durante un discurso dirigido a los responsables de las 6
mayores comunidades religiosas de Albania: musulmana, bektashi,
católica, ortodoxa, evangélica y judía, en el que también ha advertido
que, "matar en nombre de Dios es un sacrilegio",
Francisco ha advertido en la Universidad Católica "Nuestra Señora del
Buen Consejo" de Tirana de que "nadie puede usar el nombre de Dios
para cometer violencia", al tiempo que ha ayudado de que "discriminar
en nombre de Dios es inhumano".
 En esta línea, ha expresado que "la intolerancia" hacia los que tienen convicciones
religiosas diferentes es un "enemigo particularmente insidioso". Por ello, ha lamentado
que esto se esté manifestando hoy en diversas regiones del mundo.
Para el Papa, si una sociedad "excluye a la fuerza a Dios de la vida personal y
comunitaria", como sucedió en Albania durante la dictadura comunista, esto provoca
"violencia" y "tragedias" y se deja a la humanidad "radicalmente empobrecida, privada
de esperanza y de ideales". Por eso, ha señalado que la libertad religiosa es un "baluarte
contra el totalitarismo y una aportación decisiva a la fraternidad humana", como hiciera
Juan Pablo II durante el viaje apostólico a Albania en 1993.
"Cuando, en nombre de una ideología, se quiere expulsar a Dios de la sociedad, se
acaba por adorar ídolos, y enseguida el hombre se pierde, su dignidad es pisoteada, sus
derechos violados", ha expresado el Pontífice.
Por otro lado, ha manifestado que la libertad
religiosa "no es un derecho que garantiza
únicamente el sistema legislativo vigente", sino
un "espacio común, un ambiente de respeto y
colaboración que se construye con la
participación de todos, también de aquellos que
no tienen ninguna convicción religiosa".
El Papa ha reflexionado sobre el diálogo
interreligioso y ha explicado que "no se puede
dialogar si no se parte de la propia identidad"
porque "sería un diálogo fantasma". Así, ha
desdeñado el "relativismo" y ha expresado ante
los líderes religiosos que lo más importante del
diálogo es "caminar juntos sin traicionar ni
enmascarar la propia identidad".
Así ha llamado a ver en cada hombre y mujer,
incluyendo los que practican otra religión "hermanos y hermanas" y no rivales, ni
enemigos, porque "quien está seguro de sus convicciones no tiene necesidad de
imponerse" o "de forzar al otro".
De este modo, ha expresado que "toda tradición religiosa, desde dentro, debería lograr
dar razón de la existencia del otro".
Asimismo, el Papa ha hecho un llamamiento global para encontrar caminos hacia "una
justicia social más compartida" y hacia un "desarrollo económico inclusivo".
Durante el discurso, Francisco bromeado sobre cómo estaban sentados los líderes
religiosos. "Parece un partido de fútbol, los católicos contra los otros", ha expresado
provocando las carcajadas de todos los presentes.
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