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El 22 de octubre se celebra la festividad de San Juan Pablo II, una figura icónica de la Iglesia y de la historia moderna. Su vida, marcada por una fe profunda y una oración inquebrantable, fue transparente para todos. Tras su caída, fue llamado “Magno”, un título que refleja el impacto global de este “atleta de Dios”.
Empezamos el 20 aniversario del traspaso de Juan Pablo II. El pasado 2 de abril hizo 19 años de su muerte, aquel día caía en la víspera de la fiesta de la divina misericordia (del próximo domingo, al término de la Octava de Pascua). El papa Wojtyla proclamó esta fiesta, de algún modo resumiendo su pontificado, como tenía preparado decir aquel día en cuya víspera murió.
El 2 de abril es el aniversario de la muerte de Juan Pablo II. El año de su fallecimiento, esta fecha caía en la víspera de la fiesta de la Divina Misericordia, que él instauró siguiendo la devoción impulsada por Santa María Faustina Kowalska, la monja polaca que recibió esa misión de Jesús.
El periodista Jordi Juan en el escrito del que le he tomado el título prestado para el presente (La Vanguardia 5/10/2023), escribe: “En la Iglesia se debate desde hace muchos años entre los partidarios de seguir fieles a las viejas tradiciones y no dejarse influenciar por los cambios de la sociedad, y aquellos que entienden que si la institución no se adapta al mundo en que vive tendrá menos ascendiente en la ciudadanía”.
“El Papa condecora a la Madre de Dios de Montserrat con la Rosa de Oro”, es el título del escrito redactado por Ana Buj desde Ciudad del Vaticano. La condecoración que se hizo a la Moreneta tendría que despertarnos el interés por la idolatría porque este tema ocupa un lugar destacado en las páginas de la Biblia. Las homilías católicas guardan silencio al respecto. En el caso de la condecoración de la Virgen de Montserrat es para enaltecerla.
"Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt 16,13-20). Desde hace más de dos mil años, la Iglesia de Cristo navega en las aguas procelosas de este mundo, bajo el gobierno de los sucesores de Pedro.
El pasado día 6 de octubre se publicó en este medio un artículo mío, 'Los heridos no pueden esperar', en el que me hacía eco de una intervención del Papa en relación con el problema (problemón) de los abusos espirituales y de poder en el seno de la Iglesia, y justo ese mismo día aparecieron en los medios de comunicación dos noticias directísimamente relacionadas con esto y con una gran repercusión en todos los medios de comunicación.
La Iglesia católica dispone de diferentes agentes oficiales para desarrollar su misión a nivel institucional. Y entre estos se encuentra la Conferencia Episcopal cuya naturaleza y carácter se establece en el canon 38 del Decreto ChristusDominus sobre el ministerio pastoral de los obispos del papa Pablo VI en octubre 1965.
El sumo pontífice ha hecho reflexiones muy interesantes sobre la actitud ante los desengaños en la vida, los fracasos, la corrupción, la pornografía, la presunción de inocencia (hoy tan devaluada) o el valor de la amistad y el valor del diálogo para la solución de conflictos. Como buen argentino no rehuyó a ninguna pregunta sino al contrario las despachó con su verbo fácil, sencillo y a veces arriesgado.
El Papa Francisco hizo referencia a estos mártires del siglo XXI: “Que el recuerdo de su sacrificio nos inspire para renovar nuestra confianza en la fuerza de la Cruz y de su mensaje de perdón, reconciliación y resurrección.” El Papa con su presencia física en un lugar sagrado donde el fanatismo religioso ha inflingido tanto dolor, ha querido recordar a toda la Iglesia universal que frente al odio y al daño que causa, solo cabe la confianza en la fuerza de la Cruz, aunque algunos estén empeñados en enterrarla o hacerla infructuosamente desaparecer.
En el año 2011 escribía en mi buena noticia: “Desde hace mucho tiempo estoy atento a descubrir los signos de los tiempos. Estos son una serie de circunstancias que nos transmite, llamémosle “la providencia” (que cada uno le aplique sus creencias), para hacernos ver su parecer sobre lo que está sucediendo en el mundo.
Ante tal tragedia, como ha dicho el Papa Francisco en estos días, no cabe la indiferencia y la memoria es un deber.La Historia no puede caer en tal error de nuevo, como ha recordado el Rey Felipe en la ceremonia de emocionado recuerdo a la que han asistido representantes de 40 países, y en la que el protagonismo lo han tenido las víctimas, supervivientes cargados de valor que han vuelto a cruzar las puertas del horror 75 años después.
El papa ha levantado las normativas de confidencialidad para los casos de abuso sexual, en un intento por aumentar la transparencia en torno a los escándalos de abuso sexual que han sacudido a la Iglesia Católica.
Conozco la obra del Padre Ángel desde siempre. Pero me cabía la duda de pensar que había mucho de marketing en la presentación de su figura. Sin embargo, después de escuchar su conferencia de ayer en el salón de actos de Unicaja, desapareció de mi mente toda idea de pensar en su persona como un producto mediático.
Es bastante evidente que hay determinados medios que ponen especial énfasis en centrar su atención en los abusos a menores en el ámbito de la Iglesia católica cuando lamentablemente se han producido y se producen también casos similares en otras organizaciones o instituciones civiles como han sido los casos de los cascos azules de la ONU que abusaron de niñas en la República Centroafricana en el 2016 o la de algunas ONG como Oxam que fueron “cazados” por una investigación de The Times en el 2011 o casos lacerantes también de agresiones sexuales en el ejército de los EEUU o incluso en el mundo del deporte o los más recientes de las estrellas del cine o de la televisión.No se trata pues de un problema específico de la Iglesia aunque la ausencia de estudios comparativos no nos permite conocer si el nivel de gravedad es inferior, igual o superior a otros ámbitos .
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, junto con su homóloga de Barcelona, Ada Colau, y Óscar Camps, fundador y director de la oenegé Proactiva Open Arms, han mantenido esta tarde un encuentro privado con el papa Francisco en la residencia de éste, para hablar de la situación de los migrantes y los refugiados.
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