Realmente con su filosofía intentó dar soluciones a todo tipo de cuestiones filosóficas y también a las políticas y sociales. Fue fundador junto con Sartre y Simone de Beauvoir de la prestigiosa revista Los Tiempos Modernos.
Siempre fue un filósofo y un autor independiente con su autonomía reflexiva y criticó tanto a la praxis comunista como a la derecha gaullista. Aunque sentía admiración por los escritos de Marx estaba convencido de que se había manipulado su obra dando como resultado la opresión y el terror en algunos países. Al morir prematuramente no tuvo oportunidad de seguir desarrollando y ampliando su obra siempre en constante evolución.
Los datos de la ciencia fueron decisivos para la filosofía de Merleau-Ponty y también la fenomenología tomando como puntos de partida principales las obras de Husserl, Hegel y Heidegger.
Su afirmación de la inmanencia de los seres humanos en el mundo materia se pone de manifiesto en este fragmento: «De ahora en adelante, lo que haya de metafísico en el hombre ya no puede ser referido a ningún más allá de su ser empírico –a Dios, a la Conciencia-; el hombre es metafísica en su mismo ser, en sus amores, en sus odios,…».Para Merleau-Ponty la reducción fenomenológica debe ser una interpretación existencial ya que formamos parte de la realidad o del mundo.
No cabe duda de que desde la fenomenología de este pensador francés las esencias no están separadas de la existencia sino que forman parte de la misma. Es definible también la intencionalidad operante que se expresa en nuestros deseos, sentimientos, evaluaciones, etcétera.
El cuerpo que interesa a Merleau-Ponty no es el físico sino el fenoménico o, dicho de otra forma, el vivencial o lo que sentimos, somos y pensamos. La carga vivencial que cada sujeto lleva en sí mismo es una fuerza de comunicación y reflexión que está en el mundo, puesto que proporciona sentido. Se puede afirmar desde la filosofía del pensador galo que la conciencia no se entiende sin la corporalidad.
La percepción es, sin duda, tomar contacto con algo a través de los sentidos y del cerebro. Percibir es dar sentido a los datos que captamos o aprehendemos de la realidad desde una perspectiva fenomenológica. Respecto a la conciencia escribe Merleau-Ponty «La conciencia es más bien una red de intenciones significativas, ya claras por sí mismas; ya por el contrario, antes vividas que conocidas». El humanismo fenomenológico está presente de forma indudable en los planteamientos de este filósofo, ya que considera que es necesario trascender o superar el reduccionismo cientificista.
Se entiende que insista en la conexión profunda de la literatura, pintura, cine y otras artes con la filosofía. El misterio y la ambigüedad de la vida son la expresión de una ontología y metafísica intramundana que desde otros presupuestos se aleja del idealismo.
Otro filósofo que elaboró otro tipo de filosofía o metafísica intramundana fue Xavier Zubiri desde un enfoque descriptivo que puede ser calificado de realismo radical fenomenológico.
En la filosofía de Merleau-Ponty lo individual y lo universal conviven de un modo que no es contradictorio.La conciencia metafísica es interpretada, acertadamente, como la manera de crear nuevas relaciones de significación que parten de estar inmersos en la realidad con todas las consecuencias.
Se ocupó del análisis pormenorizado de la percepción. En este sentido, se comprende que compare en su última obra publicada en vida El ojo y el espíritu las miradas del pintor y del filósofo, ya que ambas penetran en el fondo o en la base ontológica de la existencia o del mundo. Es, en realidad, una manera de humanizar la naturaleza en toda su amplitud y complejidad y también lo cotidiano.
Critica el capitalismo salvaje, porque limita la libertad y la plena realización de los seres humanos. Realiza críticas contra el mal funcionamiento de las acciones parlamentarias ya que «La mistificación parlamentaria consiste en no plantear los verdaderos problemas, o plantearlos sólo oblicuamente o demasiado tarde». De todos modos, también afirma el gran valor de la actividad parlamentaria guiada por la verdad y por el bienestar general de cada país. Es el ejercicio real de la defensa del derecho y de los intereses de todos.
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