Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Psicología y sexualidad
Etiquetas | Seduciendo en el siglo XXI

Miedo a seducir

¿Por qué tenemos miedo a seducir?
Álvaro Tejedor, Helio
viernes, 21 de noviembre de 2014, 08:59 h (CET)
Comienzo reflexionando sobre lo curioso de que en pleno siglo XXI y en el siglo XXI (valga la redundancia) aún sea interesante un tema como la seducción. ¿Desde el inicio de los tiempos ha existido la seducción? Siendo, así, ¿Cómo es posible que aún no la tengamos dominada?

Desde el sillón de mi consulta veo, que no es que la tengamos dominada, sino que el ser humano cada vez tiene menos control sobre su vida afectiva y sexual. Una suma variada de unos estereotipos sexuales equívocos, una sociedad que castiga la inseguridad y unas redes de comunicación frías dan como resultado que los hombres y las mujeres del siglo XXI cada vez tengan más dificultadas para mostrar sus emociones en vivo y sin ayudas de alguna copita de más.

Cómo resultado los chicos y las chicas tienen verdadero pánico a mostrar su interés en una persona de día, o de acercarse a algún/a desconocid@ a decirle que tiene ganas de conocerl@. Y sobre eso va mi primer artículo en este diario, de cuales son los cuatro principales miedos y como combatirlos para poder conocer a personas que nos resultan interesantes en cualquier momento del día.

211114helio1

A) Miedo a ofender o molestar a la persona que tenemos en frente
Mucha gente se pone como excusa a la hora de intentar conocer a otras personas que “eso no se hace” . Si tratamos a la persona con respeto, educación y trasmitimos un mensaje positivo, es muy difícil que alguien se moleste. Responded a una pregunta, si alguien se os acerca y os dice algo como esto:

“Disculpa que te interrumpa, solo quería decirte que tienes un estilo muy elegante y que me gusta mucho”.

¿Cuántos de vosotr@s seguiréis andando refunfuñando? Al menos a mí me encantaría que eso me pasase más a menudo.

B) Miedo a aburrirme
Para algún@s el hablar con desconocidos puede resultar pesado o denso y muchas veces la gente se pone esas excusas para no empezar interacciones con desconocidos. ¿Cuál es el antídoto para no aburrirse? Dirigir la conversación hacia temas que me estimulen y preguntar por cosas que realmente me interesen. La seducción no es búsqueda de sexo sino la búsqueda de un momento compartido con otra persona de diversión y emociones. En definitiva de un momento que alimente nuestro cerebro.

211114helio2

C) Miedo a hacerlo mal
Para muchas personas el acercarse a un desconocido es lo más parecido a dar una conferencia sobre Nepal en Chino. Es decir, creen que no tienen ni idea de cómo hacerlo.

Pensar eso es equivalente a pensar que hay una única forma correcta de hacerlo. Pues no es así. Las mujeres y hombres a lo largo de la historia se las han ido apañando para seducir y ser seducidos. Unos con ingenio, otros con timidez, otros con empeño, otros su humor…

Dentro de nosotros hay un seductor potencial que existe comunicando de una manera atractiva quienes somos y que es lo que queremos.

D) Miedo al juicio divino
¿Y si me rechaza? ¿Y si tiene pareja? ¿Y si solo le gustan las registradoras de la propiedad? ¿Y si no le gustan los morenos? ¿Y si…?

En nuestra sociedad es muy difícil encontrar hombres o mujeres que le hayan dedicado tiempo a tener un autoconcepto y una autoestima sanos. Así que ante cualquier rechazo de cualquier tipo tendemos a sentirnos mal con nosotros mismos. Incluso sabiendo que no tiene más información sobre mí que unos minutos de conversación. Esa persona no conoce vuestras debilidades ni tampoco vuestras fortalezas. Evidentemente no está rechazándoos o a vosotros. Además ese rechazo no tiene porque ser irreversible, pues cómo reaccionemos le hará vernos de una forma más cercana a la idea que realmente tienes tú de ti mismo.

Deberes para casa:

Parad hoy a tres personas por la calle con educación y decidle lo bien que le queda ese vestido, la bonita forma que tienen de sonreír o que normalmente no te gustan las barbas pero que la suya le da un toque muy elegante y masculino. Existe una alta probabilidad de que sonrían. Si lo que vas a ofrecer es buenrrollero, ¿Por qué tener miedo a hacerlo?

Noticias relacionadas

No hace falta creer en fantasmas, ni esperar a que la noche caiga con luna llena y ajos colgando de la puerta y las ventanas. Los vampiros existen. No tienen capa ni colmillos, pero andan sueltos por las oficinas, por los pasillos de casa, por las cenas familiares o entre amigos, están entre nosotros.

Lidiar con una persona pasivo-agresiva puede ser como caminar por un campo minado cubierto de flores. No gritan, no insultan abiertamente, pero cada palabra que dicen lleva veneno disfrazado de cortesía. A primera vista parecen inofensivos, incluso agradables, pero su forma de actuar deja una sensación de incomodidad que va calando poco a poco, como aquella gota de la que hablaba el sabio Salomón. “Decía el Sabio Salomón que una gota constante, ablanda un duro peñón”.

Pensamos que las enfermedades deben aparecer cuando somos mayores, creemos que nuestro sistema empezará a fallar o a tener ciertas inestabilidades cuando vamos sumando años en la últimas etapas. No concebimos tener mala salud o empezar a perderla cuando somos jóvenes, porque nos han inculcado que cada fase tiene su cometido y sus vivencias.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto