Ante la crisis sin precedentes provocada por la Covid-19, Catalunya Film Festivals toma la palabra para hacer una radiografía del presente y el futuro de los festivales de cine de Cataluña y evidencia las necesidades y ayudas urgentes que las administraciones deben entender e implementar en relación a estos agentes culturales que son una pieza clave e indiscutible del sector cinematográfico de Cataluña.
Catalunya Film Festivals nació hace quince años, es una de las organizaciones más activa, antigua y con más festivales asociados del Estado Español y actualmente da voz a 48 festivales y muestras cinematográficas de toda Cataluña.
Los festivales de la Catalunya Film Festivals movilizan anualmente unas 1.000 películas, impulsando la creación, la producción y la difusión de un cine diverso, plural y creativo que genera nuevos públicos y nuevos proyectos audiovisuales. Llegan a 580.000 espectadores, hecho que evidencia una fuerte huella social y también económica, y suponen un volumen de puestos de trabajo y de inversión en los territorios que forma parte intrínseca de la industria cultural.
Por otro lado, la diversidad de los festivales supone una oferta inigualable de programación diversa y plural durante todo el año y para todos los públicos, que democratiza y acerca a la ciudadanía todo el cine que no tiene cabida en el circuito comercial. Se extiende por el territorio, genera sinergias con el sector cultural y educativo y supone también un eje de encuentro para los profesionales del sector.
De su radiografía de la situación actual se revela que:
- Solo dos festivales se han podido celebrar en 2020 en su formato original (Animac y Americana Film Fest)
- Dos festivales ya se han cancelado (NonStop Barcelona Animació, Mostra de Cinema Llatinoamericà de Catalunya)
- Cuatro festivales se han reconvertido a online (Mecal, D'A Film Festival Barcelona, DocsBarcelona, Mostra Internacional de Films de Dones)
- Catorce festivales se han pospuesto (diez sin fijar nueva fecha)
- Los veintisiete festivales restantes siguen a la expectativa tanto de la evolución de las fases de desescalada, como de las medidas sanitarias que se impongan a los eventos en un futuro y de las ayudas que se dirijan a los festivales desde las administraciones para poder afrontar cancelaciones, aplazamientos, adaptación a nuevas medidas sanitarias o virtualización.
Las pérdidas económicas y de puestos de trabajo ahora solo se pueden cuantificar para los eventos ya cancelados, aplazados o virtualizados, aunque en el caso de los puestos de trabajo se puede estimar que se podrían perder un mínimo aproximado del 25%, y sufrirán un crecimiento exponencial a medida que pase el tiempo si las administraciones no crean medidas específicas considerando sus necesidades particulares.
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