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Etiquetas | Seduciendo en el siglo XXI

Ser cómplice

Crear confianza para conocer más y mejor a la persona que tengo delante
Álvaro Tejedor, Helio
viernes, 19 de diciembre de 2014, 08:32 h (CET)
Generar complicidad es vital para mejorar cualquier tipo de relación, ya sea amistosa, laboral, sexual o familiar. Si sentimos que la otra persona es cómplice de lo que siento y pienso, voy a generar un vínculo fuerte, sólido y emocional del que no querré desprenderme. El paso previo para que exista esa codiciada relación es la confianza, el saber que puedo regalarle a la otra persona mis emociones, mis ideas y no las utilizará en mi contra.

¡Otra cosa más que no nos han enseñado en el colegio! Como dar los pasos adecuados para que sepa que puede confiar en mí. Existen formas adecuadas de hacerlo. En este artículo y el siguiente vamos a centrarnos en cómo generar esa complicidad, en desarrollar nuestras habilidades específicas que pueden generar confianza y que van a hacer que la gente esté más a gusto con nosotros. Hoy me gustaría invitaros a dar los primeros pasos en la escucha activa y en un concepto que en psicología se utiliza mucho como validación.

¿Cómo generar complicidad y validación?

Lenguaje no verbal:

-Para generar confianza es necesario trasmitir serenidad. Lo óptimo es adoptar una postura física cómoda y relajada. Así mis movimientos serán más naturales.

- Mirar a los ojos. Los ojos son el espejo del alma, o eso dicen. Si queremos trasmitir cercanía nuestros ojos deben estar en contacto. No hay que hacerlo de una manera insistente ya que puede hacer que la otra persona se sienta incomoda o desafiada. Lo mejor, hacerlo de forma intermitente.

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Lenguaje verbal

- Parafrasear a la otra persona. Sobre todo sentimientos o ideas que para la persona sean importantes. Así facilitarás su apertura emocional.

-No cambiar de tema cuando la otra persona esta hablando sobre algo y no interrumpir.

- Respeto por uno mismo. Si algo o alguien no nos estimula o interesa no tiene sentido que le dediquemos nuestro tiempo. Sinceridad.

-Cuanto más sienta que hemos captado lo que nos esta contando, mucho mejor. El “te entiendo”, “sé a lo que te refieres” y “a mí me ha pasado lo mismo” resulta más atractivo que unos ojos azules.

- Nunca definir dominantemente. “A ti lo que te pasa...” Es uno de los errores más comunes. Tendemos a creernos que la gente está deseosa de que le aconsejen o le den soluciones y menos cómo la autoridad que A DIFERENCIA DE ÉL O ELLA controla todas las emociones y problemas habidos y por haber en el planeta Tierra. Algunas veces bastará con sentirse escuchado, que se le ha dedicado tiempo o incluso quiere a entenderse a sí mismo y le ayudamos como excusa para escucharse.

- Prestar atención. El Facebook y el Whatsapp son el peor enemigo de la atención hoy en día. Si se está hablando con alguien y quieres generar confianza, deja el móvil apagado, no lo toquetees, no mires a la rubia que acaba de pasar... porque tal vez en ese momento es cuando te está intentando trasmitir el núcleo de su mensaje.

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Por lo tanto validar a la persona que tienes enfrente se podría definir cómo:

Comprender su mensaje
Confirmar su mensaje
Respetar su mensaje
Armonizar su mensaje

En el próximo artículo seguiremos con la complicidad y analizaremos las características de un buen cómplice.

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