En todo el mundo, la trasmisión del SARS-CoV-2 ha resultado letal en las residencias de ancianos. En estos centros residenciales viven personas especialmente vulnerables a la epidemia, por su edad, condiciones de salud y dependencia de otras personas para realizar actividades básicas de la vida diaria.
Pero, además, el propio entorno añade riesgos a su vulnerabilidad al tratarse de centros cuya actividad se organiza en salas comunes. Bien sea para prestar servicios terapéuticos o para las comidas y actividades de ocio. Con un alto ir y venir de personas, entre visitantes y personal y recursos claramente insuficientes para evitar la propagación del coronavirus entre residentes y personal. En España, el número de víctimas mortales que el coronavirus ha dejado se sitúa en 19.584, en las aproximadamente 5.457 residencias de ancianos españolas, según los datos proporcionados por las comunidades autónomas. Gracias a las últimas tecnologías desarrolladas por expertos en inteligencia artificial se puede predecir el desarrollo futuro de incidencias y prever complicaciones antes de que sucedan, lo que en el campo de las residencias a nivel médico abre un amplio abanico de posibilidades, además de dotar de seguridad ante próximos rebrotes del COVID19: prever infartos, derrames, ictus o ataques epilépticos antes de que sucedan, programar citas con pacientes con varios años de antelación. “La IA predictiva y el análisis de Big Data recogido por redes de sensores de IoT, por su parte, nos permitirán monitorizar constantemente nuestro organismo y adelantarnos a posibles problemas de salud”, explica Sofía Olivia Calvo, experta en neuromecánica y responsable en el Grupo Kiatt de la división denominada Future Living, que busca respuestas científicas y tecnológicas a los retos que plantea el progresivo envejecimiento de la población.
En cuanto a la robótica, junto al desarrollo de inteligencias artificiales de reacciones cada vez más ‘humanas’, ya están mostrando muy buenos resultados para el cuidado de los más mayores, ya sea para monitorizarles, asegurar su seguridad evitando caídas, o sencillamente haciéndoles compañía y ayudándoles a hacer ejercicio, tanto físico como mental. También la biónica ha generado avances espectaculares en diversos lugares del planeta, desde EE. UU., Israel o España. Pacientes con oídos y retinas biónicas que les permitían oír y ver de nuevo (o por primera vez), y a personas con miembros amputados, usando brazos y piernas biónicas conectados directamente a su cerebro. “La biónica es la puerta para que el discapacitado pase a ser supercapacitado. Especialmente gracias a la aplicación de exoesqueletos. Esta tecnología, utilizada en medicina para permitir que personas paralizadas recuperen movilidad y puedan evitar mayores problemas de salud causados por la atrofia o permitir también a un trabajador cargar con toneladas sin mayor esfuerzo”, afirma Sofia.
La biotecnología, por ejemplo, nos aportará soluciones magníficas como la bioimpresión de órganos a medida, las terapias celulares para combatir enfermedades degenerativas o la fabricación de kits de diagnóstico prematuro.
Otra de las oportunidades radica en la medicina personalizada. La comprensión cada vez mayor de los factores genéticos y biológicos que causan enfermedades está provocando una nueva era en la atención sanitaria personalizada. Mediante estos métodos, los médicos e investigadores están en mejores condiciones de dirigir la atención de los pacientes a lo largo de todo el espectro de la atención sanitaria, desde la evaluación y prevención de riesgos hasta la detección, diagnóstico, tratamiento y manejo de enfermedades. “Conocer mediante datos objetivos a nivel molecular el riesgo que tiene una persona de contagio, así como la gravedad de los síntomas, permite priorizar toma de decisiones médicas basadas en hipótesis objetivas para tomar medidas concretas y personalizadas basadas en las características epigenéticas individuales.
Una estrategia epigenética puede ser mucho más eficaz, incluso como tratamiento preventivo, ya que si un individuo tiene una prueba que dice que tiene un riesgo alto de contagio puede disminuir eses riesgo a través de cambios en su estilo de vida”, explica Sergio Caja, doble Doctor en Biología Molecular y en Ciencias de la Salud y director general de Laboratorios Necenti.
Laboratorios Necenti, spin-off finlandesa en biomedicina del Doctor Español Sergio Caja, usando una tecnología desarrollada en España, ha identificado varios marcadores que pueden determinar el contexto molecular necesario para que una persona pueda infectarse con el virus. Además, esta tecnología podría ser potencialmente útil en otros casos de infecciones producidas por otra clase de virus con estructuras similares a COVID-19 como el SARS y otros, o a diferentes mutaciones del mismo virus. “La plataforma, NECENTI100TM basada en unos bioalgoritmos para determinar el riesgo de cada persona, arroja un resultado que evalúa tres variables: los síntomas esperados de acuerdo con su perfil epigenético, el riesgo de contagio y la recomendación de en qué puesto de la “cola” estaría para vacunarse, dependiendo de la gravedad de los síntomas” finaliza el Doctor.
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