En la Eucaristía del pasado domingo se rememoraba el evangelio en el que se recoge la multiplicación de los panes y los peces. Aquel día la multitud tenía hambre y no tenía que comer. No voy a entrar en como se realizó el milagro, pero me voy a quedar en dos frases. La primera: dadle vosotros de comer, y la segunda: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces.
Una situación parecida se ha ido repitiendo a lo largo de la historia. Sin ir más lejos se sigue produciendo en nuestros días. Y el milagro se sigue viviendo entre nosotros. Personalmente asisto a diario al reparto de alimentos para miles de personas de todas las edades en nuestra querida Málaga. Curiosamente, la gran mayoría, en instituciones regidas y administradas por seguidores de ese Jesús de Nazaret que nos sigue diciendo: dadle vosotros de comer.
Doy fe de aquellos que viven el milagro cada día. Sin saber de donde, año tras años, los comedores sociales de inspiración cristiana, tales como: El comedor de Santo Domingo, Calor y Café, Amfremar, Yo soy tú, Emaús, El biberódromo, San Juan de Dios, etc., etc., dan de comer a miles de necesitados. Todos ellos ponen sus cinco panes y sus dos peces. Estas instituciones dependen de la buena voluntad de las autoridades malagueñas, de los particulares, de los voluntarios y del Banco de Alimentos. Estos seguidores de Jesús, hacen presente cada día el milagro de los panes y de los peces.Mi buena noticia de hoy me la transmite la solidaridad que se sigue produciendo 2020 años después.
En la homilía que escuché ayer, el celebrante insistía en lo que pasó aquel día en Galilea. Yo pienso que sigue sucediendo hoy en día. Dios está siempre presente. Nos sigue utilizando como sus manos. Esta es una buena noticia.
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