Zamora, plácida ciudad medieval bañada por el río Duero, conocida con todo merecimiento como “Ciudad del Románico” por el número de edificaciones de este estilo, erigidos en los siglos XI y XIII, sugiere al visitante un recorrido para conocer su rico patrimonio: La catedral y su cúpula gallonada; las iglesias de la Magdalena, la de San Cipriano, la de San Juan de Puerta Nueva, la de Santiago de los Caballeros; sin olvidar el rico repertorio de museos, entre otros, Baltasar Lobo, el de Semana Santa y el Provincial, todo un conjunto de historia y arte dispuesto a fascinar al turista.
Su casco antiguo, ha sido declarado Conjunto Histórico Artístico; el parador, forma parte de este bello entorno y es, sin duda, un paradigmático establecimiento blasonado de la Red hotelera del Estado, lugar idóneo para salir a pasear y descubrir toda la belleza monumental que atesora esta ciudad castellana. El interior del hotel reserva a sus clientes un precioso patio renacentista, escudos heráldicos, armaduras medievales, tapices nobiliarios, habitaciones con camas con dosel, dos salas de convenciones y una refrescante piscina.
Miguel Ángel Chica, director del parador afirma, con un cierto orgullo, que su establecimiento está al completo de ocupación desde hace semanas debido, no sólo a la prestigiosa fama que avala a los 97 hoteles públicos, atendidos por unos 4.000 profesionales, si no también a los exhaustivos protocolos de higiene llevados a cabo en toda la red para garantizar la seguridad frente a la pandemia. Por ejemplo, la recepción, cuenta mamparas de distanciamiento; los clientes tienen a su disposición gel hidroalcohólico y mascarillas; todos los materiales que se entregan a los clientes, llaves o documentación son desinfectados de manera absoluta; limpieza intensiva de habitaciones y mayores distancias entre mesas en el restaurante.
Y para comer, Miguel Ángel Chica sugiere que probemos el menú de degustación que se compone de dos entradas, primero platillos fríos con: rueda de quesos zamoranos, pimientos asados de Benavente, cecina de León yemas de espárragos de Fuentesauco. A continuación llegan los calientes: cigarritos de boletus, ancas de rana en crujiente de cereal, croquetitas de jamón de Guijuelo; y después una cazuela de judiones de Sanabria, con oreja y chorizo zamorano. Por último hay que elegir entre dos platos principales: saquito de rabo de Toro de Aliste o taco de bacalao a la tranca. Para endulzar el paladar, nada mejor que una caña de zamorana, rellena de crema con vasito de tempranillo dulce. Vinos con Denominación de origen de Toro y Rueda, incluidos en la factura de 36 € más iva.
Parador de Zamora. 103 plazas de alojamiento. Plaza de Viriato, 5. 49001-Zamora. +34 980514497 zamora@parador.es Conviene consultar las numerosas ofertas que ofrece Paradores.
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