Felipe VI ha recordado este martes, durante la celebración de su primera
Pascua Militar como monarca y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, la
labor desarrollada por su padre al frente de la Corona y le ha dedicado "el
homenaje de gratitud y respeto" que, a su juicio, "merece de todos".
En su discurso ante la cúpula militar, el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy; el ministro de Defensa, Pedro Morenés; y el ministro del Interior,
Jorge Fernández Díaz, entre otros, el monarca ha expuesto los acontecimientos más
importantes acaecidos para las Fuerzas Armadas en 2014, uno de ellos la abdicación de
Don Juan Carlos, cediendo el testigo a su hijo como capitán general de los Ejércitos, cargo
inherente a la condición de Rey.
"Como mando supremo de las Fuerzas Armadas, (Don Juan Carlos) ha vivido con
intensidad la extraordinaria transformación de la institución militar, siempre con el
objetivo de prestar el mejor servicio a España. A él le dedico en este día el homenaje de
gratitud y respeto que merece de todos nosotros", ha subrayado.
El monarca ha llegado al Palacio Real sobre las 12.00 horas, acompañado de la Reina
Doña Letizia y ataviado con su uniforme de capitán general de la Armada, para presidir la
que es su primera Pascua Militar como Rey. En esta celebración no ha estado presente
Don Juan Carlos, quien abdicó hace ya seis meses.
Además de los altos cargos del Gobierno ya mencionados, en la Pascua Militar también
han estado presentes el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles; la subsecretaria
de Defensa, Irene Domínguez-Alcahud; y el secretario general de Política de Defensa,
Alejandro Alvargonzález.
Entre los mandos militares, han asistido a la celebración el jefe del Estado Mayor de la
Defensa, almirante Fernando García Sánchez; los jefes de Estado Mayor de los Ejércitos
de Tierra, del Aire y de la Armada; así como el director general de la Guardia Civil, Arsenio
Fernández de Mesa.
"MANDAR ES SERVIR"
En la primera Pascua Militar de su reinado, Felipe VI ha mencionado el "honor y
responsabilidad enormes" que suponen haber accedido al cargo de jefe supremo de los
Ejércitos, si bien ha dejado claro que "mandar es servir y no habrá día en el que deje de
recordar este principio ni deje de sentir una inmensa gratitud y admiración hacia los
hombres y mujeres que eligen servir a su Patria".
Por ello, el monarca ha agradecido en varias ocasiones la labor que realizan las Fuerzas
Armadas y la Guardia Civil, a las que ha instado a "administrar los recursos de la forma
más eficaz y eficiente posible", ya que lo considera "un deber ineludible".
El Rey ha dicho ser "muy consciente" de la "constante preocupación y empeño" de los
militares y guardias civiles por "alcanzar el equilibrio entre necesidades y posibilidades, de
tal forma que nuestras Fuerzas Armadas y la Guardia Civil estén dotadas de los medios
necesarios".
"Conozco bien vuestro esfuerzo por mantener las capacidades operativas con el nivel
requerido para responder eficientemente a las amenazas, a su rápida evolución, y para
afrontar con las máximas garantías de seguridad las exigentes misiones en las que
estamos involucrados", ha añadido.
Por eso, ha instado a "continuar por la senda que permita adaptar y preparar las unidades
a los nuevos escenarios en los que las amenazas, no siempre predecibles, pueden
trascender del tradicional escenario físico a otros más complejos, como el ciberespacio",
ya que "en ellos se ven también afectados intereses que atañen a nuestra seguridad y, por
ello, al bienestar, el progreso y la prosperidad de nuestra sociedad".
SIMPLIFICAR PARA CUMPLIR LA MISIÓN
El monarca ha recordado que 2014 también ha conllevado una nueva organización para
las Fuerzas Armadas, que fue aprobada el pasado octubre, lo cual supone "un paso más
para seguir avanzando en su proceso de modernización".
"La racionalización de las estructuras y la simplificación de la organización nos ayudará,
sin duda, a alcanzar el objetivo deseado: cumplir la misión con seguridad para nuestras
tropas y ser cada vez más capaces y eficientes", ha apuntado.
Tras recordar a los militares y guardias civiles que han perdido la vida en el ejercicio de su
labor, además de a los que se encuentran desplegados fuera de España, Don Felipe ha
destacado la importancia que, para las Fuerzas Armadas españolas, ha tenido su
participación en misiones internacionales, ya que, en su opinión, "fortalece el vínculo de
unión" entre esta institución y la sociedad a la que sirve.
Así, ha citado las operaciones en las que participan militares españoles, como Líbano,
Afganistán, República Centroafricana, Somalia, océano Índico, Malí, Bosnia o las
próximas que se inician ahora en Irak, las repúblicas bálticas y Turquía. Todas ellas, ha
dicho, "hacen que la sociedad española aprecie profundamente a la institución militar".
VUELTA A LOS ACTOS TRADICIONALES
La Pascua Militar es una celebración castrense instaurada por Carlos III en 1782 con la
que se abre el nuevo año y que supone uno de los días grandes para los Ejércitos. En el
acto, el ministro de Defensa y el jefe del Estado hacen balance del curso anterior y
exponen los retos futuros. También se imponen condecoraciones a militares que se han
distinguido en su labor el año anterior.
Esta celebración ha recuperado en 2015 con Don Felipe los actos más tradicionales
después de dos años en que la celebración se había reducido considerablemente debido a
las limitaciones de movilidad del Rey Juan Carlos a causa de sus sucesivas operaciones
de cadera.
Así pues, ahora que reina Felipe VI, la Pascua Militar ha comenzado en el Patio de la
Armería del Palacio Real con una rendición de honores al jefe del Estado a cargo de varias
compañías en representación de los Ejércitos de Tierra, del Aire y de la Armada.
Tras la interpretación del Himno Nacional, el monarca ha pasado revista a una formación
de la Guardia Real y después Don Felipe y Doña Letizia han accedido al Palacio para
saludar a las autoridades en la saleta Gasparini.
Desde ahí, han pasado a la Sala del Trono, donde el ministro de Defensa, primero, y el jefe
del Estado, después, han pronunciado sus discursos. Al finalizar, y tras los
correspondientes 'vivas' a España y al Rey, los monarcas han ofrecido un vino español a
los asistentes, que este año han sido unos 200.
En total, una celebración que se ha prolongado por más de una hora, a diferencia de lo
ocurrido en 2013 y 2014, cuando las dificultades de movilidad de Don Juan Carlos
impedían que los actos se prolongaran demasiado.
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