En mi artículo anterior ofrecí comentar otro informe del Instituto de Política Familiar sobre la Evolución demográfica de la familia en España en 2019, informe que cualquier persona interesada puede bajarse de la página web de este Instituto.
En su primer capítulo trata de la evolución de la natalidad indicando que la mayoría de las españolas desearía tener 2 o más hijos, pero que no han podido tenerlos por razones económicas, laborales o de conciliación de la vida familiar y laboral. Constata el informe que España está en una situación de natalidad crítica pues cada vez nacen menos niños. En 2017 nacieron 276.197 niños menos que en 1975 a pesar del aumento poblacional de 11 millones de personas y del aporte de 76.060 nacimientos de madres extranjeras. De 1833 nacimientos diarios en 1975 solo han nacido 1.077 en 2017.
El índice de fecundidad es de 1,31 hijos por mujer en edad fértil, muy alejado del nivel de reemplazo generacional que tendría que ser del 2,1. España necesita 240.000 niños más al año para asegurar mínimamente el nivel de reemplazo. Desde 2007 las mujeres en edad fértil (15 a 49 años) han disminuido en 1,2 millones.
La aportación de las madres extranjeras con 1,71 hijos por mujer ha sido fundamental para paliar algo la natalidad crítica de las madres españolas. Las familias numerosas con 3 hijos por mujer están sosteniendo la natalidad en España.
Otro elemento negativo más es la edad media de maternidad de las españolas que es de 32,6 años. Además el aborto frena la natalidad con 94.123 abortos registrados en 2017. Son registrados los que las CC.AA. notifican al Ministerio de Sanidad, pero la realidad será mucho más numerosa.
Al tomar el aborto como un anticonceptivo más hay bastantes mujeres que abortan más de una vez.
Se está produciendo una crisis de natalidad sin precedentes en España en la que cada vez hay menos niños, de los que la mitad son extramatrimoniales. Este déficit de natalidad es prolongado. Si en 1980 eran 2,1 hijos por mujer, desde 1987 no se han superado el 1,5 y en 2017, como ya se ha dicho, es de 1,31.
La evolución de la población española que hoy supera los 46 millones de personas ha tenido un descenso de 350.00 personas desde la crisis del 2010 y ha sido la emigración la que ha hecho posible el crecimiento pues, sin la aportación emigrante solo seriamos 42 millones.
Pero el problema fundamental es que mueren más personas de las que nacen en España. El crecimiento natural español se ha desplomado por la caída vertiginosa de los nacimientos. En 2017 ha habido 317.121 nacimientos frente a 410.478 defunciones.
La emigración en España se va consolidando y ya supera los cuatro millones y medio.
España se ha convertido en una nación vieja, en la que hay 2 millones más de personas mayores que de jóvenes. Uno de cada cinco españoles supera los 65 años. Tenemos una creciente esperanza de vida pero sin gente joven esto no se puede sostener.
Los gobernantes andan preocupados por el sistema de Seguridad Social que puede irse a pique definitivamente, pues la pirámide demográfica se ha invertido. Las consecuencias de este invierno demográfico para 2050 serán catastróficas pues 1 de cada 3 españoles tendrá más de 65 años. La evolución demográfica hay que verla en relación con los hogares y la nupcialidad, lo que también ha sistematizado el Instituto de Política familiar y del que les comentaré en un próximo artículo.
|