La principal diferencia entre una cerveza artesana y otra industrial, está en que la segunda está pasteurizada y por tanto, goza de menos nutrientes, además de sus ingredientes, que varían. La industrial incluye en su elaboración arroz o maíz con el fin de abaratar costes, ya que son más baratos que la malta de cebada y por ello, dan una cerveza de más baja calidad: “Además, tienen un índice glucémico más alto, lo que facilita la fermentación al tener más azúcar” - comenta Daniel Martín, consultor de operaciones del Grupo DIHME y experto en catas cerveceras, las cuáles ofrece regularmente en La Sagrada Fábrica, uno de los templos de la cerveza artesana en Madrid.
La cerveza artesana tampoco incluye productos químicos en su elaboración a diferencia de las industriales, que los utilizan para clarificarla, tales como excipientes o conservantes: “Pese a todo, la industrial está bastante estandarizada. Con el auge de las artesanas, han empezado a hacer otras variedades, si bien la oferta de sabores sigue siendo mejor en las artesanales, y con un abanico más amplio. Detrás suele haber una historia, se trata a la cerveza como a un hijo” – puntualiza Martín.
El proceso de elaboración también varía: “En la artesanal está la mano del hombre, del maestro cervecero que siempre le da su toque, hay un uso mínimo de maquinaria, también en el filtrado. En las cervezas de producción artesanal se busca el aroma, el sabor, por lo que no se puede, ni se debe, escatimar en gastos”.
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