El tiempo ordinario de la Navidad comienza con la misa de la noche del 24 de diciembre y finaliza con la fiesta del Bautismo de Jesús.
Los antecedentes de la conocida popularmente como la misa del gallo se remontan al siglo III y tienen como escenario a los templos de Belén. En la Natividad de esta época se organizaban tres misas. La primera de ellas se oficiaba durante la medianoche del 24 al 25 de diciembre por la venida de Cristo, la segunda al amanecer en conmemoración de la Resurrección, y la tercera misa se celebraba durante la mañana del 25 por el nacimiento de Jesús.
En referencia a la primera misa, esta ocurría en el momento de la medianoche conocido con la expresión romana «ad galli cantus», es decir «al canto del gallo», y de aquí su nombre de la misa del gallo.
Con el tiempo, la misa que alcanza más popularidad es la misa del gallo hasta llegar a su punto álgido en toda Europa en el siglo VIII.
Actualmente, la misa del gallo se celebra tras el banquete de la cena del 24 de diciembre, Nochebuena, aunque tiempo atrás esto no fue así, ya que este día estaba contemplado como penitencia y, en consecuencia, era día de ayuno y abstinencia. Es decir, tras ayunar el 24 de diciembre, los cristianos iban a la misa de la Noche Santa y al finalizar esta, volvían a cenar ya que no tenían que seguir guardando el ayuno tras media noche. Esta «segunda cena» es conocida como el resopón de Navidad.
Este ayuno es suprimido en el siglo XIX y se comienzan a celebrar banquetes antes de la misa del gallo, la tradicional cena de Nochebuena.
Peculiaridades de la misa del gallo La misa de la Noche Santa es precedida por una vigilia de oración en la que se canta el himno solemne de la Kalenda. Este canto se convierte en la última acción de la vigilia antes del comienzo de la misa del gallo, y a su conclusión se desvela la imagen del Niño Jesús.
En el momento del Gloria, durante la misa, se hacen sonar las campanas.
Al final de la celebración eucarística el Niño Jesús será colocado en el pesebre. También es tradición que, al finalizar la misa del gallo, los fieles besen la imagen del Niño Jesús.
También es tradición en algunos lugares que junto al Niño Jesús se exponga el libro de los Santos Evangelios con el objetivo de visualizar el gran acontecimiento de la Nochebuena que es recogido en la Biblia: el Verbo de Dios se hizo carne.
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