Llueve y deja de llover, pasará hasta la medianoche, lloverá y entonces ¿qué?, nada, que llueva, que me quedo dormida viendo las series de acción de televisión, entre las olas tempestuosas de sentirme vieja e indecisa, pero con suerte, también.
Confieso que estoy confusa y estándolo he escrito dulces poesías que a la basura no deben ir a parar, bellas, cortas, concisas, son momentos de la vida, lamentos, canciones, experiencias. Sentir ser pobre, no poder hacer nada por remediarlo, sólo mantenerse día a día y luchar para seguir viviendo, aunque sea con el monedero vacío, aunque esté gorda y fea, aunque desee viajar a Colombia o Bolivia para vivir siendo más pobre aún, sentir serlo pero no poderlo cambiar.
Y volvería, a pasar…
Viviendo lejos, en otra ciudad caen miles de truenos de forma bestial, sintiendo pena, llorando como el mar va la vida mía llena de necesidad, nadie la remedió.
Amor que se pierde, el corazón se pone de piedra, se pierde la sonrisa. Aunque el cielo se ponga todo rojo... ya no puedes reír. Aunque deje de llover, no reirás.
Aunque logres tu cometido, no serás feliz.
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