¿Dónde quedará el genio después de que la lámpara no sea más lámpara y el genio no pueda ser contenido?
¿Qué quedará de nosotros cuando el tiempo y el viento se lleven nuestras cenizas o la tierra absorba nuestros restos?
Síntesis y summum sobre el olvido y el paso del tiempo.
Síntesis y summum ahora y siempre para la toma de consciencia y con ello ser uno con los otros y consigo mismo.
Síntesis y summum, fusión que viene a mi mente cuando de un balance se trata, y se pretende comprender lo que anima a alguien, a algunos, a la consecución de lo eminentemente utópico y arquetípico.
En el profuso entramado de cavernas de la materia gris, se dice, que se halla la chispa que se mantendrá encendida cuando llegue la partida.
O quizá, en el núcleo central del motor que ejecuta la combustión corporal se halle eso que decimos vida, y que, para muchos es el sancta sanctorum de la existencia individual.
¿Dónde reside el fuego de quienes son síntesis y summum consciente?
El filósofo avizora la profundidad de la pregunta y las implicaciones de la posible respuesta.
Sin miramientos se refugia en la poiesis y transmuta en poeta, en artista.
Desfragmentarse una y otra vez hasta caer en cuenta que el río no es el mismo por más veces que se atraviese y que la afluente se lleva algo de nosotros.
¿Quién seguirá los pasos del hombre que profesó el círculo virtuoso de dar de sí antes de pensar en sí?
Sin saber los nombres ni poder imaginar los rostros, el convertido en una especie de profeta de la poiesis, brega convencido de que en el devenir surgirán otros más que mantendrán viva la llama de la esperanza.
Inspirados por ese flujo que garantiza la continuidad marchamos sin cesar. Caminamos con seguridad en la firmeza de las convicciones y en la no mortalidad a causa de los pantanos.
Reflexiono todo esto y mucho más al enterarme que Editorial Casas del Poeta prepara una antología de tal vez dos tomos, sobre todo lo que se ha escrito en torno a la vida y obra de mi querido amigo Francisco Javier Estrada, sobre quien recientemente escribí el artículo: Francisco Javier Estrada, abnegación por la literatura.
No puedo evitar pensar en la dificultad de tratar de atrapar en papel lo que es el producto de una vida de trabajo intelectual y activismo cultural, porque me queda claro que, para variar, el genio no puede ser contenido en cualquier lámpara; pero es necesario hacer el intento para tratar de diseñar una especie de espejo en el cual todos nos veamos con motivo de la vida y obra de alguien más.
El ejercicio de recopilación y la necesaria metalectura siempre es provechosa para todos, en realidad todos deberíamos realizar el ejercicio de regresar sobre nuestros pasos y meditar en torno a las tres preguntas pilares:
¿De dónde vengo? ¿Qué hago aquí? ¿Hacia dónde voy?
Síntesis y summum confluyen frente al espejo.
Concurrencia de fondo, médula y raíz.
La consciencia tomando consciencia de sí misma… el despertar real a todo lo que da.
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