El Pleno del Congreso y la Sesión de Control al Gobierno del miércoles se había suprimido en atención al accidente de aviación. La actividad de la mañana se iba a reducir a la comparecencia en la Puerta del Palacio de las Cortes para guardar un minuto de silencio en señal de duelo y respeto a las víctimas.
Acabado el minuto de silencio, una vez en las dependencias de la Prensa en el Congreso, corrió la noticia: A la una habrá canutado de Izquierda Unida en la Sala Pequeña.
En el argot, se conoce como canutazo a la comparecencia de alguien para decir algo.
Unos minutos después, Pepe Morales, el Jefe de Prensa de IU, repartió unos paquetes de seis folios, con la antefirma de Gaspar Llamazares, explicando sobre qué iba a tratar el canutazo: Solicitud de Comparecencia ante la Comisión de Justicia del Ministro de Justicia y del Director de la Agencia Española de Protección de Datos. Y la presentación ante la Mesa del Congreso de los Diputados de unas tandas de preguntas sobre Registros, Registradores de la Propiedad y Mercantiles, Notarios y Notariados y algunas incompatibilidades.
En principio, no parecía que el motivo fuera suficiente para llamar a la prensa, pero Rajoy es Registrador de la Propiedad, el compareciente iba a ser Llamazares, y es conocida la atención de Llamazares al Presidente del Gobierno. Además, después del batacazo de IU tras las elecciones Andaluzas, existía otra posibilidad que se tradujo en una pregunta: ¿Querrá Llamazares dejarse querer, o habrá algo más?
Lo había. Una vez ante la cámara de TVE, con sólo 7 periodistas delante, se agarró al atril y, como suele, hizo una afirmación buscando dar contenido al acto: “Vengo a denunciar corrupción del ministro, o Ministerio, de Justicia” (en el hablar de Llamazares a trompicones no quedó claro). Tras la afirmación, intentó la explicación y razonamiento de las iniciativas que trataba de exponer con alguna otra frase gruesa: “En el Ministerio de Justicia alguien está prevaricando”.
Después, hizo un anuncio extraño: El acuerdo entre IU y el PP, sí, entre IU y el PP, para remediar, en lo posible, la situación de los trabajadores intoxicados por mercurio con unas medidas parecidas a las tomadas cuando apareció el síndrome de la colza: Acuerdos para investigación, acceso a medicamentos de los enfermos, y para ver mecanismos de protección a unos trabajadores que con 40 años salen de casa y no saben cómo volver.
-“Es uno de los últimos servicios que quiero hacer, antes de irme”.- se le escapó.
- ¿Te vas?
La pregunta, de rigor, sirvió para que diera rienda suelta al proyecto, hasta ese momento oculto, de sus pretensiones personales: Dejar el Acta de Diputado para ser el candidato de Izquierda Unida a la Presidencia del Principado de Asturias.
A bote pronto, mientras un punto emocionado seguía hablando, surgió la realidad actual de IU, con las distintas corrientes internas, las evoluciones y rigideces de unos y otros (comunistas y no comunistas), la inmersión en Podemos apetecidas por algunos, las posibilidades y proyectos personales, y el futuro de lo que antaño fue la corriente “llamazarista” preponderante durante un tiempo en IU y quizá condenada con la marcha a Asturias de su líder.
Preguntado por ello, sin cautela aunque político, dio consistencia al canutazo con algunas afirmaciones rotundas. Algunas del médico que es: IU tiene “buena salud”. Y otras del político: Hay un proyecto que tiene dificultades. No es posible una coalición con Podemos porque ellos no quieren. “No hay que mirar a Podemos con el rabillo del ojo, hay que mirar a los trabajadores”. Con Podemos no es posible la democracia, en la coalición (posible con ellos) en Albacete, “quedaron por detrás en las Primarias y se fueron”. Convergencia, sí. En Asturias la va a haber con todo. Los de Podemos quieren todo el poder. Intento de IU por la convergencia con todos, “sin Podemos, que quieren ir solos y enredando. IU no enreda. En IU existe espíritu de supervivencia.
Al acabar, Gaspar Llamazares, con el tono de voz que emplea cuando se apagan los focos, dejó algo imprecisable en el aire, quizá un punto de nostalgia. Y, humano, hizo una matización para indicar que seguirá de Diputado un tiempo más, hasta después de la Semana Santa, quizá hasta Mayo.
- ¡Que paséis una feliz Semana Santa! - Se despidió.
- Igualmente. Sé bueno – Le contestó un periodista.
Con ello, auténtico, político y humano, terminó el canutazo.
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