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El Covid 19, la excusa para disimular la incompetencia del Gobierno

“En ausencia de una responsabilidad rigurosa, florece la incompetencia. Se fomenta y se recompensa la falta de honradez” Al Gore
Miguel Massanet
lunes, 8 de febrero de 2021, 12:01 h (CET)

Se puede decir que estamos en una etapa de la Historia de nuestro país en la que no pasa día, no existe tregua ni se nos da sosiego para que los ciudadanos de a pie tengamos ocasión de serenar nuestro espíritu, ordenar nuestras ideas y hacer un balance, más o menos mesurado, respecto al estadio político en el que nos encontramos ubicados o respecto a cuánto tiempo va a durar la situación de inestabilidad en la que nos consideramos instalados. España ha entrado en lo que se podría considerar un torbellino en el que se pretende establecer un melted de ideas políticas que, a la vez, reviertan en una justicia distributiva y, como tercera variable, que redunde en una mejora de la situación económica del país y de la ciudadanía en general, es decir, lo que se podría traducir como la cuadratura del círculo.

Un periodista del periódico Hispanidad, con cuyas ideas solemos identificarnos, nos ha sorprendido con un ataque frontal hacia el señor Mario Draghi, el que parece que ha sido elegido por el presidente de Italia, señor Matarella, para que intente formar un nuevo gobierno para la nación italiana. Don Eulogio López se muestra contrariado por el hecho de que, después de una serie de gobiernos fracasados en el Estado, se haya elegido a un “tecnócrata” para intentar sacar a flote un país que, como nosotros los españoles, ha conocido en su historia tiempos mejores y que corre peligro de dejar de ser, como lo ha venido siendo hasta hace poco, una de las potencias económicas de la UE. Después de calificar al presidente italiano Sergio Matarella, de “pedante insufrible” sobre lo que no queremos opinar, se queja y se lamenta de que el señor Mario Draghi haya sido un” banquero de inversión” lo que le hace identificarlo como “amante de la especulación” para quien la política económica no consiste en fabricar bienes sino en fabricar dinero.

No olvidemos que a quién califica con tanta ligereza el señor Eulogio López, es un señor con el siguiente curriculum: economista italiano, presidente del Banco Central Europeo desde 2011 hasta 2019; Entre 1985 y 1990 fue director ejecutivo del Banco Mundial, y entre enero de 2002 y enero de 2006 fue vicepresidente, por Europa, con cargo operativo, de Goldman Sachs, cuarto banco de inversión del mundo. No da la sensación de que con semejante bagaje intelectual y de experiencia en el ramo de la economía mundial, se lo pueda calificar como no apto para ocupar el cargo que, por ejemplo, en España ocupa un señor, el señor Pedro Sánchez, del que se dice que copio su trabajo para conseguir el doctorado en económicas y que, durante el tiempo que lleva al frente del ejecutivo, sus errores garrafales no tienen otro parangón que aquellos que, el señor Zapatero su correligionario, cometió llevando a España a una situación de quiebra, que no se materializó gracias a que el señor Mariano Rajoy supo evitarlo.

Muchos, en España, recordamos la llegada de los tecnócratas en tiempos del gobierno del general Franco y lo que supuso para España el cambio de rumbo que supieron darle a nuestra economía y lo que representó para el país que hubiera un equipo económico solvente capaz de corregir las evidentes equivocaciones de los políticos de aquella época. No pretendemos decir que el país deba suprimir a sus políticos, aunque es obvio que una buena criba de los que actualmente están al frente del país sería de todo punto necesaria; pero hay circunstancias, situaciones en las que si se apartaran los políticos y dejaran trabajar a los verdaderos expertos en la materia seguro que se hubiera agradecido por los ciudadanos que han tenido que ver con estupor como unos verdaderos inexpertos, unos aprendices ególatras y unos advenedizos completamente ignorantes en cuestiones de epidemias, se han hecho cargo y, además, han tenido la temeridad de pretender imponer, contra el parecer de los expertos, sus conveniencias políticas y partidistas, aunque ello haya causado una prolongación de la pandemia y un aumento de los contagios que nos ha situado en los últimos lugares, en cuanto a las naciones europeas, en lo que respeta a la incidencia y las muertes que se han producido por el coronavirus.

Por desgracia no podemos entrar en disquisiciones sobre justicia distributiva y lo que pretendió decir Aristóteles cuando la definió como: “lo justo o correcto respeto a la asignación de bienes en la sociedad”. Un tema que nos lleva, simplificando, a lo que sería la distribución igualitaria estricta que propugna la asignación de igual cantidad de bienes materiales a todos los miembros de la sociedad, sin más distinciones o la que nos parece más justa y adecuada fundamentada en en los recursos y principios distribuidos en lo que las personas merecen a causa de su trabajo (responsabilidad económica). La realidad es que lo que nos está pasando en España, aparte de lo que nos está dejando la epidemia del Covid 19, es que estamos en manos de quienes, argumentando que defienden ideas de tipo humanitario y de protección de los trabajadores, están dándole un vuelco a nuestro Estado de derecho y llevándonos a un tipo de estado intervencionista, totalitario y evidentemente de carácter comunistoide. Es lo que la señora Colau pretende implantar en el municipio de Barcelona y que está siendo desmontado por la Justicia que no para de darle en la cresta, anulando todas sus decisiones meramente especulativas, con las que quiere coaccionar a los dueños de inmuebles sin tener en cuenta, para nada, nuestra legislación estatal y nuestra Carta Magna.

Y es que cuando nos hablan de defender “ideas” parece que siempre estamos tratando de las que hacen referencia a las izquierdas, a sus moralinas igualitarias, a su olvido de lo que es la naturaleza humana y en su desconocimiento o así lo fingen, de que este mundo no está hecho de santos ni de personas perfectas. Los hay pobres que trabajan y se esfuerzan en mejorar, los hay también que no dan golpe y viven de las subvenciones, así como también existen los sinvergüenzas que no dudan en aparentar estar enfermos, para conseguir la baja y es imposible que ignoremos todo ello, insistiendo en que toda persona merece igual respeto y consideración. ¿Por qué en lugar de defender ideas no hablamos de defender valores? O ¿son más importantes las ideas o el conseguir un nivel de vida aceptable?, ¿con actitudes revolucionarias o con algaradas separatistas se ha conseguido mejorar la vida de los catalanes o, por el contrario, en la actualidad la autonomía catalana es la en la que el ciudadano paga más impuestos para recibir menos servicios?, ¿Ideas que nos llevan a situaciones de paro y pobreza o trabajo y bienestar social? No nos engañemos los extremismos y los estados de tipo totalitario y anticapitalistas siempre llevan como consecuencia el sometimiento de la ciudadanía y la pobreza para todos.

¿El señor Mario Draghi? Sin duda alguna, pese al mal concepto que de él tiene nuestro amigo de la Hispanidad, para España necesitaríamos con urgencia que una persona de su perfil económico, de su honradez y de su saber hacer para que pusiera orden y echara, de los ministerios que ocupan, a los verdaderos culpables de la deriva errónea que nuestro Gobierno está imprimiendo a nuestra nación, los señores de Unidas Podemos y se descargara de sectarias, irresponsables y flacas de memoria como la señora Calvo que se olvida de que los ciudadanos españoles somos los que le pagamos el sueldo y que ella, que forma parte del Gobierno, no lo hace solamente para amparar a los suyos sino que se debe a todos los españoles. Todos los españoles queremos conocer lo que dice el informe del Consejo de Estado en sus 96 jugosas páginas que, según el portavoz de Cs, Edmundo de Val “es demoledor para el Gobierno”. Si es bueno, aunque no sea preceptivo que el Gobierno lo tenga en cuenta ¿por qué se nos oculta al resto de partidos de la oposición y a los ciudadanos? Lo que evidencia, señora Calvo, que no es que el PP quiera agarrarse a un clavo ardiendo, sino que son ustedes que se encuentran incómodos ante lo que sería dar publicidad a un escrito que, con toda seguridad, les haría sonrojar. Así se empieza cuando se pretende implantar una dictadura que, en realidad, es lo que Uds. pretenden, recortando derechos, ocultando errores y engañando a los más débiles haciéndoles creer que los van a enriquecer a todos, sin trabajar, sólo recurriendo a las mamandurrias del estado proletario. Sigan así y veremos dónde acabamos.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, nos estamos apercibiendo de que las féminas que ocupan puestos en el Gobierno, quizá con la excepción de las ministras de Economía y la del Ejército, el resto no hacen honor a lo que el feminismo pretende hacernos creer a todos cuando nos habla de favorecer la llegada de las mujeres al poder. Los ejemplos de la Calvo, la comunista Montero (debiera caerle la cara de vergüenza de presentarse como defensora del proletariado viviendo en la mansión suntuosa en la que vive y ahora usando a una funcionaria de alto rango de la Administración como niñera de sus hijos), la ministra de Hacienda Mº Jesús Montero y la de Educación, Zeláa son ejemplo de lo peor que se les podría achacar a los hombres que ocuparan los puestos en los ministerios de los que ellas se han hecho cargo. Y, como de costumbre, una frase que, en este caso, será de don José Antonio Primo de Rivera: “Pero… una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una unidad de destino en lo universal. Esa unidad de destino se llamó y se llama España”

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Censura. No la juzgo como una práctica muy denostada en estos días. Por el contrario, se me antoja que tiene más adeptos de los que, a priori, pudiéramos presumir. Como muestra de ello, hay un sector de usuarios que están abandonando cierta red social para migrar a otra más homogénea, y no con el fin de huir de la censura, sino por la ausencia o supresión de la misma en la primera de ellas.

Vivimos agazapados sobre los detalles mínimos a nuestro alcance y llegamos a convencernos de que esa es la auténtica realidad. Convencidos o resignados, estamos instalados en esta polémica de manera permanente; no aparece el tono resolutivo por ninguna parte. Aunque miremos las mismas cosas, cada quien ve cosas con matices diferentes y la disyuntiva permanece abierta.

El nombramiento de Teresa Ribera huele que apesta, aunque el Partido Popular y el Gobierno han escenificado perfectamente su falso enfrentamiento. Dicen en mi tierra que entre hienas no se muerden cuando no conviene o, si lo prefieren, entre bomberos no se pisan la manguera. El caso es que el Gobierno y sus socios ya celebran por todo lo alto ese inútil e inesperado nombramiento.

 
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