
Mírame, carcelero. Soy todo lo que temiste. Ya entendí. Todos los nombres que le pusiste a la tierra son falsos.
Patrias, Países, Naciones, Reinos, Territorios… y sólo hay una única Nación, el Corazón. Mi Defensa, mis manos.
Mi credo, el amor. Mi territorio, todo.
El nombre mío lo diré al final.
Mira, gobernante. Ya no existes para mí. No eres nada.
Porque sé que mi sangre es un pueblo.
Mis vecinos, aquellos que respetan que soy árbol, que soy mares y cielos, que soy voz y faro de todas las criaturas vivientes.
La mano que rompe todas las jaulas.
No tengo himnos, mira mis ojos.
No hay que rezar, andemos.
¿Temor? ¿De qué? Si esta hierba es eterna... Enciérrame tras barrotes y te perderás.
Intenta callarme y te sentirás triste en la noche.
Podrás desgarrar con centuriones mis confines, y luego llorarás.
Al fin puedo decir mi nombre.
Dile a los demás esta canción que los liberará.
No hay más tiempo, hemos de mostrarnos. Pues somos lo verdadero.
No ha habido verdad más cierta y más esperada.
Echa a volar, sonríe, nada firme.
No me temas, soy tu amigo: Mi nombre es Tú.
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