He pasado cien años esperando dulces palabras tiernas de un galán enamorado, un susurro en la noche cuando el desvelo harta y saltas de la cama, un hecho que coincida con estos sentimientos que no están tan muertos, un abrazo apretado que dice: "te amo", que me entibiara el alma y de paz llenara.
Creo que fueron unos cien años o más. Esperando, esperando me llené de canas, quedándome en la vida solita y pensando, rompiéndome los huesos y el corazón sudando... y es que a la desesperada todo se acaba y sin más.
-"Despierta ya mujer", me decía una voz.
-Huye de su lado que sólo te trae dolor. Antes de que la pena te condene a quedarte, otro tanto de años tendrían que pasarte, por si acaso algún día él se decide a amarte, que no es cosa segura.
-Huye, huye a otra parte y comienza tu sueño con un ser que te ame. Que aquí todo está perdido. Para el gatito Isidoro, callejero de 12 años. Para todas las Asociaciones humanitarias del planeta.
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