Minnie Gregoria tiene once años y en mayo cumple los doce, le falla el hígado y un riñón no le funciona bien, pero la virgen de Fátima y el doctor José Gregorio Hernández Cisneros le darán una mano o un brazo o lo que le haga falta, se salvará, vaciará su riñón y celebraremos un año más el cumpleaños con ella entre nosotras. No es la primera vez que le ayudan a seguir viviendo. Eso está hecho y no hay más que hablar.
Minnie reza a los santos con su mirada azul cielo, sus sentimientos sinceros, su saber decir "os quiero", con sus estampitas y su maravillosa fe, vivirá. Minnie, Minnie, vivirá. Caminará por la casa, orinará un buen rato y mejorará, se comerá sus croquetas gastrointestinales y de pescado y su hígado recuperará todos sus valores normales. Los milagros, existen a pesar de que las épocas sean difíciles y la crisis quiera apoderarse de nosotros de una manera despiadada.
La dicha camina despacio hacia mí… Hola señora, dulce sombra anochecedora, luz del ocaso que sale de la sombra, la armonía, con ganas sale… encendida madrugada. Herida… De muerte, estuve herida cuando Minia enfermó… Me animaba con los fracasos que no conocí y puede que también… una vida feliz, amable y duradera con ella. Yo en buena forma… con soltura en el andar, de oscura sombra me apartaba yo y huía al Ocaso Divino, donde… ¿acaso?, ¿voy?... ¿iremos Minie y yo?... Ella ya fue.
Minia existió realmente, murió con 12 años, eutanasiada. Al día siguiente de su muerte, la escuchamos maullar en casa. QDEP. Se te recuerda y sigue queriendo.
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