En cuanto a fantasías, podemos vernos como queramos, jinetes solitarios, poderosos ejecutivos, un humilde siervo o con una imagen inverosímil elegida en ese momento. Eso va por gustos. Ahora bien, lo de apreciarse como elemento en solitario se sale de cualquier guión. Si uno empieza a contar cuando uno cree estar solo, se suceden los encuentros con numerosos integrantes de su personalidad; unos desde dentro, otros de diversas procedencias. Es sabido, un solo individuo es portador de MULTITUDES, aunque sea capaz de presentarse como engendro único, un duende benefactor o un maligno inigualable; disimulando la recua de participantes arrastrados consigo en la presentación en sociedad.
Estamos inmersos en un contraste representativo de lo que somos como seres humanos; quizá eso sea el destino y no queda otra. Me refiero a ese forzamiento a la consideración de las cosas en su conjunto, a la globalización, a las condiciones universales; Mientras la realidad adolece de un conglomerado de individuos, eso sí, pero cuyo umbral de actuación apenas sobresale de sí mismos. Dicho ACANTONAMIENTO marca indeleblemente el desarrollo de los aconteceres sociales desde siempre. Por consiguiente, también es continuado el planteamiento de si disponemos o no de facultades para pensar al menos en la atenuación eficaz de semejantes discordancias.
En estos recorridos confluyen gran número de circunstancias independientes de la voluntad personal. Aunque así sucede, el sello personal se refleja en la manera de establecerse la VINCULACIÓN del sujeto a la indudable complejidad existencial; el grado de implicación, los matices o la adaptación con sus cualidades particulares. Suelen predominar tres actitudes diferenciadas. Indiferentes al análisis de tales relaciones. Ceñidos a las percepciones medibles, sin mirar más allá. O captando esa denominada melodía de la vida, nunca circunscrita a meras palabras o presiones; pero que sin embargo, viene a expresarlo todo, abriéndose a horizontes subyugantes y comprometedores.
Nos vinculamos a unas reverberaciones de perfiles bien diferentes, con sus repercusiones inevitables, como comprobamos a diario. Asilvestrados o reflexivos, con aspiraciones entrañables o con afanes descontrolados. Una forma de expresarlo es con el esquema poético:
ESQUEMAS SUPERADORES Algo tendremos en común. Sí, que somos diferentes… …por dentro y por fuera. Sí, que cada uno piensa… …a su manera. Sí, el cuerpo es intransferible… …con sus avatares. La imaginación vuela libre, Percibimos la sensualidad, Avizoramos el arte y Bregamos en la convivencia. Estamos sometidos… …al orden cósmico; Captando su sentido… …jamás comprendido; En equilibrio inestable… …pero evocador. Es encuentro iniciático, Unificador de contrarios… …de comienzo surreal… …pero dispuesto a… …la transfiguración… …superadora y comunitaria. En el cruce de caminos abunda sobremanera el despiste general, la algarabía no favorece los mínimos asentamientos; en una aproximación kafkiana se multiplican las figuras deformadas, por el sufrimiento, la intolerancia, la corrupción, la maldad o la simple pasividad aniquiladora. En todo caso, lo visto no se corresponde con gente portadora de buenos recursos cualitativos. Tan notoria DESORIENTACIÓN no es fácil de explicar, parece una construcción ajena a las auténticas existencias reales. La envergadura de las tensiones acumuladas devalúa la presunción fatua de una autosuficiencias generalizada y ridícula. Apunta más bien a nuevas miradas exploradoras, liberadoras de esa rutina agobiante.
Por otro lado, no resulta tan complicado eso de estar integrado en la vida con cierto decoro. Hay cosas que la razón asimila, pero otras escapan a su lógica. Captar no es lo mismo que comprender, para lo primero puede bastar el sentido intuitivo, esa percepción que no deletrea conceptos; en la comprensión entran otros factores. Ninguno de los dos es suficiente, tampoco vale cualquier ocurrencia. Cuando se equilibran ambas facultades surge la potencia EVOCADORA por excelencia. Reúne lo que se percibe sin palabras ni conceptos, con las razones expuestas; pero con una condición, la de no enfrascarse en decisiones sectarias. Su magia consiste en el ensamblaje con el resto de la Naturaleza, el Cosmos y las personas.
Ayudados por la imaginación creativa, adheridos a la mencionada magia, nos hallamos también en aquel lugar de encuentro con gente de diferentes enfoques vitales. La rutina no plantea modificaciones reconfortantes. La mera recapitulación de planes discordantes, tampoco contribuye a la concordia estimulante. Puestos en esas tesituras nos viene de perlas lanzarnos a una TRANSFIGURACIÓN superadora de las vivencias desorientadas. No se trata de una creación sólida pergeñada para permanecer anclada, sino de originar una tensión dialéctica activa, surreal si se quiere, con esquemas inverosímiles, pero la evocación busca el entendimiento común.
La bondad del buen juicio, su grandeza, se traduce en esa consideración integradora que no está reñida con las intervenciones discordantes. Así visto, viene a ser un obra de arte accesible para los ciudadanos ilusionados en esos fondos comunes. Entre captar y comprender surgen los brotes de VIDA SALUDABLE. Trascenderá de la vida personal de sus practicantes, convirtiéndose en los encuentros con carácter iniciático, siempre con ansias de nuevas transfiguraciones gratificantes. Cuando se dan, se distinguen muy bien.
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