La contaminación acústica constituye una fuente de estrés y de enfermedades relacionadas con la exposición continua al ruido, como la pérdida de audición, la hipertensión o el insomnio. Este riesgo ha llevado a que el confort acústico en cualquier tipo de espacio cerrado esté tomando cada vez más importancia. No solo en lo que respecta a oficinas, centros formativos, bares, restaurantes, fábricas, teatros, emplazamientos para conferencias, salas de grabación o centros deportivos, sino también en las viviendas. Especialmente ahora que, a raíz del auge del teletrabajo y las largas estancias en casa por las restricciones sanitarias, vivir en un entorno acogedor y cómodo resulta fundamental.
Conseguir que un inmueble residencial cuente con un buen confort acústico, entendido este como aquella sensación de bienestar física y mental que experimenta una persona cuando se encuentra dentro de un campo sonoro, dependerá de dos factores fundamentales: insonorización adecuada y acondicionamiento acústico óptimo.
Para alcanzar ambas premisas, habrá que abordarlas por separado. En primer lugar, aplicando soluciones de aislamiento acústico que impidan que un sonido externo penetre en una habitación o salga de ella. Y, en segundo lugar, instalando elementos fonoabsorbentes que controlen o eliminen la reverberación del sonido y permitan que la acústica de una habitación sea la adecuada, suprimiendo ruidos molestos y optimizando la inteligibilidad de las conversaciones.
“Aunque normalmente suele priorizarse el aislamiento acústico para evitar que el ruido del tráfico o de las viviendas colindantes entre en el inmueble, lo cierto es que un adecuado acondicionamiento acústico resulta igualmente importante, o incluso más. Sobre todo, en habitaciones amplias, con poco mobiliario o con techos altos, donde la resonancia sonora genera un gran malestar en forma de ruido residual o ruido de fondo”, indica José Almagro, director general de Sto Ibérica.
Para ayudar a resolver este tipo de problemas, y con motivo del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido (28 de abril), los expertos de Sto, multinacional alemana con sede en España especializada en la elaboración de soluciones de acondicionamiento acústico, expone cinco trucos para mejorar la acústica del hogar:
Telas por todas partes. Los materiales lisos y duros reflejan el sonido. Por ello, hay que evitar que las paredes, suelos y techos queden excesivamente desnudos. Así, decorar con materiales porosos y blandos, como alfombras, cortinas, cojines, tapices, manteles, mantas sobre los sofás, etc., y evitar fotos o cuadros enmarcados con cristal, ayudará a mejorar la acústica de cualquier espacio.
En este sentido, las alfombras son la mejor solución, ya que resultan fundamentales para absorber las ondas que rebotan en el suelo. No obstante, conviene evitar caer en el exceso, forrando completamente una habitación con moquetas y alfombras. Y es que, en el espectro opuesto a la reverberación, un interior que absorbe el sonido por completo, sin resonancia natural, puede generar una sensación opresiva.
Decorar con plantas. Las plantas, como material orgánico, se comportan como absorbentes de sonido naturales. En el urbanismo moderno, es frecuente su uso para formar barreras sonoras vegetales en zonas de tráfico rodado. Las plantas de interior, por su parte, además de absorber sonido, aportan el toque natural en la casa y contribuyen a reducir el estrés.
Incluir estanterías con libros. Además de ser un fondo muy socorrido para las videollamadas o grabaciones online, las estanterías con libros funcionan como un excelente difusor acústico. La medida resulta más eficiente cuanta más variedad de objetos tenga el inmueble, con elementos decorativos de todo tipo y libros de distintas formas y tamaños, colocados de forma irregular y con huecos entre ellos. La razón es que dos superficies de paredes lisas enfrentadas, especialmente si están muy alejadas, tienen un gran efecto de reverberación. Por ello, contar con una estantería interrumpirá la trayectoria del sonido entre ambas.
Cortinas gruesas en las ventanas. En habitaciones donde se necesite calidad sonora, son muy útiles las ventanas con cortinas gruesas y pesadas, cumpliendo una doble función de absorbente de sonido, por el material textil, y de difusor de las ondas sonoras, por su forma irregular. También existe la opción de adquirir cortinas acústicas especiales.
Sistemas profesionales de acondicionamiento acústico. Aunque los anteriores trucos contribuyen a la mejora del acondicionamiento acústico en el hogar, la solución más efectiva es la instalación de sistemas profesionales de acondicionamiento acústico. Estos permitirán influir de muy forma positiva en el sonido de una estancia y, además, sin que se vea. Hay varias soluciones: techos, paneles suspendidos, revocos, revestimientos, materiales absorbentes decorativos, mamparas…
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