Apenas ha tardado unos días, Mónica López, en convertirse al credo ‘sanchista’, lo que significa dar pasos hacia atrás en su carrera televisiva. Con un prometedor futuro como meteoróloga, aprovechando y rentabilizando su licenciatura en Física de la Tierra y el Cosmos, por la Universidad de Barcelona desde 1997, resulta inentendible que una persona presuntamente preparada se brinde al activismo de izquierdas, tal y como se demostró en la entrevista que hizo a Rocío Monasterio. Quiso imitar a Ángeles Barceló en su defensa a Iglesias y le salió el tiro por la culata y la vergüenza por las orejas.
Quiero suponer que su cambio de actividad se debe, sobre todo, al máster en análisis político por la Universidad Abierta de Cataluña en 2016. Bien es verdad que presentar, dirigir o coordinar programas políticos sin ser equilibrada es un peligro, porque los telespectadores acaban por catalogar a este tipo de personajes. A Mónica le falta sosiego, tranquilidad y profesionalidad para sujetar una entrevista como la de Monasterio. El alto cociente intelectual de la candidata de Vox, su equilibrio y la seguridad que irradia no son para ser entrevistada por un aficionado, aficionada en este caso, a la política, incluso aunque haya cursado la especialización universitaria en Marca y Comunicación Corporativa.
El control y el dominio absoluto del ente le va a salir caro al gurú ‘redondeado’ de Moncloa. El que hayamos podido apreciar las interrupciones permanentes de López a Monasterio no es un triunfo, ni de lejos, de ese control y dominio al que aludíamos al principio. No es lo mismo intento que consumación. A tres días de la gran encuesta electoral, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la candidata de Vox a la CAM ha dejado al descubierto la doble vara de medir de la exmeteoróloga en RTVE y de otros medios. Algo que debería ser condenable por todos, resulta que para la izquierda siempre es justificado cualquier tipo de agresión a la derecha, pero cuando es a la inversa, no faltan lloros, quejidos y ‘victimismo leninista’ (falsedad).
Hilen con el atentado a pedradas de ‘Hundidas Podemos’ en Vallecas durante el mitin electoral. No es novedoso comprobar que eran de la cuerda siniestra, incluso más cercanos a Pablo, eran algunos de sus escoltas junto a ‘ternerillos’ de instituto y maleantes ultras. Pero la hipocresía y las contradicciones del ‘picoloro’ de la coleta le han llevado a pretender ironizar diciendo que “en cuatro días me acusarán de asesinar a John F. Kennedy”. Pablo Iglesias no puede amparar con su silencio tanta violencia, ni el gobierno del ‘Doctor cum fraude’ ocultar las detenciones efectuadas desde hace unos días.
En campañas tensas y amenazantes como la de Madrid, sobran periodistas procedentes de la trinchera catalana, activistas comprometidas y desnortadas como López, Barceló, Cintora y tantos otros. Por cierto, en la nueva programación de TVE, tanto el ‘perrito faldero’, Cintora, como la activista, Mónica López, abandonarán sus programas actuales. La vergüenza y la falsedad de ambos han cargado a Moncloa con protestas, culpabilidades y fantasmas, muchos fantasmas. Sobra la prepotencia, sobre todo si es impresentable. Han quedado marcados ‘per secula’.
Confío en que algún día sepamos por qué el Ministerio de Transición Ecológica, de la tal Teresa Ribera, adjudicó a la empresa Meteoplay SL, aquel sonado contrato por valor de 616.083 euros a cambio del “servicio de difusión radiofónica y audiovisual de la información meteorológica a través de los medios de comunicación” durante tres años. Muchas empresas del ramo juraron en hebreo en aquel momento, otras esputaban en arameo y las más callaron para no ser represaliadas.
El ‘Sanchismo’ y ‘Hundidas Podemos’ han hecho del odio, la amenaza, el engaño, la venganza y la violencia su propia hoja de ruta o su biblia particular. Y mientras no sean capaces de incorporarse plenamente al sentir y al hacer democrático, habrá que seguir dando leña al mono hasta que aprenda el catecismo o descubra la escritura sinistroversa.
Un apunte más: durante la primera ola de la pandemia, el inepto e incompetente Gobierno del ‘Doctor cum fraude’ intentó aislar y represaliar a Madrid. Jugó con la salud de los madrileños, abandonándolos a su suerte, sin material sanitario y teniendo que duplicar esfuerzos y gestiones con el exterior tanto Díaz Ayuso, como Felipe VI y Amancio Ortega. Tiren del hilo.
Y si, tras tirar del hilo, comprueban la aversión a Madrid por parte de Sánchez y su ‘piara’ vocinglera de bellota, dudo que depositen su voto a candidaturas de la indigesta siniestra.
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