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Sexo sin cabeza y sin corazón | |||
| Pilar Mariscal | |||
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Hace unos días leía en la primera página de un periódico gratuito: “Uno de cada cuatro jóvenes practica sexo sin métodos”. Y en páginas interiores continuaba diciendo: “Que el 25% de los jóvenes pasan totalmente del sexo seguro”, y que “para la sexualidad en los adolescentes, debería haber preservativos hasta debajo de los árboles”. Que contradicción tan enorme, la de este gobierno que se está esforzando por prohibir a los jóvenes el consumo del alcohol y de cocaína, por lo que les aconsejan no ingerir bebidas alcohólicas, ni fumar, ni consumir ningún tipo de drogas. ¿Por qué no hacemos también lo posible por persuadirles de que se abstengan de la experimentación sexual? Pero por desgracia, lo que se les ofrece es el sexo seguro y se les regala en los institutos ya, los paquetes de preservativos. A un adolescente hay que enseñarles, que se diviertan sanamente, que estudien con ahínco, que se comporten y respeten a los demás, que aprovechen el tiempo al máximo y, que hay muchas cosas buenas en las que ocupar el tiempo de ocio, como el deporte, la música, o practicando la caridad (por ejemplo visitando y acompañando a tantos mayores y enfermos que están solos). Claro, que eso no entra dentro del estado “progre” que se impone en estos tiempos. |
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