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Optimismo y actitud positiva

El optimismo es una forma de afrontar las situaciones por las que vivimos
José J. Rivero
sábado, 6 de junio de 2015, 22:29 h (CET)
Esta semana tuve la suerte de poder dar una charla en el Colegio Oficial de Psicología de Tenerife, donde ahondaba sobre el concepto de Optimismo Inteligente y la Actitud positiva ante la vida, para ello comencé hablando de las investigaciones realizadas por Martin Seligman que descubrió en los años 70 que, tras aplicar a un animal descargas eléctricas y si este no tenía posibilidad de escapar, después de un tiempo, el animal no emitía ninguna respuesta evasiva, aunque la jaula estuviese abierta. Es decir, se sentía indefenso dejando de luchar contra la situación, con lo que pierde toda capacidad de afrontamiento. A esto lo conocemos como “indefensión aprendida”.

Los seres humanos funcionamos de la misma manera ante situaciones que entendemos que no podemos controlar. Nuestra capacidad para afrontarlas después de un tiempo de lucha se va agotando hasta que nos sentimos indefensos. Parece que estamos en el momento donde lo prologando de la situación nos está empezando a dejar sin fuerzas para responder a lo importante y abandonamos, o dirigimos nuestra atención a lo que entendemos que podemos controlar, aunque no aporte valor. Pero lo positivo de todo esto es que aunque la gran mayoría de las personas se quedan indefensas o se agotan en el día a día, existen personas que luchan cuando los demás ya han tirado la toalla, que aprenden a aguantar utilizando estrategias que les ayudan. A este fenómeno se le conoce como “optimismo aprendido”.

Por ello el optimismo es una forma de afrontar las situaciones por las que vivimos, entendiendo que los malos eventos son reveses temporales, generados por circunstancias particulares y que si pongo mis habilidades en juego podré superarlos, no dejaré de buscar la situación y mi capacidad de afrontamiento no se verá afectada. Pero además comenté lo importante de centrar esa forma de afrontar la vida de manera inteligente, con lo que denominamos como“optimista inteligente”, no se trata de ser feliz y ya está, tampoco quiero que cierres los ojos ante la realidad para evitar el sufrimiento, o que esperes una solución milagrosa por ser optimista. Implica asumir responsabilidades y buscar un plan que potencie el cambio.

Además nos comentó como cuando somos Optimistas nos aventuramos en nuestra área de funcionalidad, es decir donde nosotros influimos, lo que nos permite estar más seguro y gestionar nuestras emociones y nuestro miedo.

En la misma línea hablamos de la Actitud Positiva, que es más circunstancial e influye sobre el optimismo potenciando sus efectos sobre la manera de afrontamos la vida, todo ello hace que ante determinadas situaciones vitales, la actitud positiva sea la llama que potencie el optimismo y que así podamos aumentar nuestra capacidad de interpretar la realidad de manera más positiva lo que potenciará ese foco positivo en el que centro mis fuerzas y objetivos vitales, lo que me ayudará a vivir experiencias y encontrar sentido en lo que hago.

Junto con todo esto hay que mencionar que las personas optimistas utilizan pautas de interpretación de la realidad marcadas por circunstancial, específica y externa, lo que explica que las personas optimistas creen que lo que sucede está acotado en el tiempo, afecta a algún aspecto en concreto de mi vida y no las provocamos nosotros, eso nos da la posibilidad de interpretar que vendrán tiempos mejores y soy yo el único encargado de provocarlos. Respondiendo perfectamente a esta afirmación: “Las cosas vinieron así, como vinieron se pueden ir y además todavía quedan muchas cosas en la vida”

Pero además, vamos más allá planteando que nuestra actitud positiva mejora nuestra relaciones ya que las personas reaccionan positivamente ante nuestra vivencia positiva ya que desde las emociones positivas, hasta nuestra propia conducta refuerzan nuestra actitud mejorándola.

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