Según el informe ‘The Future of Jobs Report 2020’ realizado por el World Economic Forum (WEF), la automatización y los cambios tecnológicos crearán 97 millones de nuevos empleos en todo el mundo relacionados principalmente con la Inteligencia Artificial y el Big Data para el 2025. Aunque se crearán más empleos que los que van a desaparecer, las conclusiones del WEF revelan que 85 millones de puestos de trabajo se perderán en estos próximos cuatro años.
Aunque las previsiones de futuro sean positivas, la paralización económica producida por la pandemia del COVID-19, ha provocado que la medida estratégica más repetida en las empresas de todos los países haya sido la contención de costes. Según el último estudio de la consultoría PwC, el 82% de los directores financieros está impulsando iniciativas de contención de costes en sus empresas para poder seguir adelante en el futuro.
En tiempos de crisis, para alcanzar un nivel competitivo adecuado, la estrategia más frecuente de supervivencia a corto plazo es reducir los costes buscando la máxima eficiencia de los recursos. Sin embargo, el error más común es realizar recortes, sin revisar todos los procesos de la empresa como la logística, los recursos humanos o la transformación digital. En palabras del Process Manager de la solución Proxi de Synergie España, Iván Trelles, “la mayoría de las empresas que quieren abaratar los costes a corto plazo no saben que a la larga les puede salir más caro”.
Uno de los primeros recortes ante una situación de crisis es el de reducción de personal. Según el informe del Observatorio de Mercado Laboral de la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, el 64% de las empresas despidió personal en 2020 para reducir costes. A consecuencia de reducir costes en RR.HH, aparece una excesiva rotación de personal contratado que provoca una pérdida de tiempo y dinero a largo plazo, ya que las organizaciones invierten recursos en formar a trabajadores que se marchan a los pocos meses. Además, la rotación de personal y los constantes cambios ocasionan una comunicación deficiente, provocando una falta de comprensión de los objetivos profesionales dificultando cubrir con éxito las plazas vacantes.
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