Nadie es bondadoso. Sigo sintiendo la brisa del dolor.
No hay nadie bueno en el mundo… Todo perturba la paz, todo es caer en terrenos que no se pueden pisar. No hay nadie bueno, no hay. No hay sentimientos puros con los que lograr amar, no hay amor en seres vivos, sólo interés y maldad.
No hay nadie bueno en el mundo, en la faz terrenal. Si malogran mi destino y no me dejan respirar, no hay nada bueno, no hay. El mundo está podrido, mucho vicio, poco aguante, poca bondad cosechada, poca boquita rosada que nada dice más que HOLA, y yo no sé si soy rosa o amarilla o caprichosa.
Y yo no sé si soy diosa o Eugenia u otra cosa. Considero que soy nadie, considero valgo nada. Considero la distancia y no hay luz ni fragancia. No hay nada valioso ni otra cosa.
Y sigo aquí viendo el viento y la distancia que me separa del sol… y las estrellas en el cielo de hielo que saben cantar, fumar, hablar, engañarme, que se han dejado llevar por los que la muerte conocen y no se entristecen, que orgullo sienten de su condición… y él… que nunca me ha besado, no lo hará ya.
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