El pueblo no es una entelequia. Es una realidad. Realidad que algunos políticos quieren enmarcar, comprimir y sujetar si no quieren caerse del cuadro. El pueblo realidad dinámica, si es libre, si tiene ilusión y si siente su país. Hoy, la sociedad está pasando un proceso o, mejor dicho, le están “procesando”, con el único fin de, como en los alimentos, parecer que es feliz, parecer que está satisfecho, parecer que es él mismo. Ese proceso nos lo están imbuyendo mediante la generación generalizada de “SEQUEDAD MENTAL” La sequedad mental, no es el paso previo a la indiferencia. Es la anulación del individuo la que canaliza la "indiferencia", como Pandemia Social. El "barbecho" social conduce, inexorablemente, a la sequedad mental.
El individuo y su entorno van asumiendo la alimentación en "lata" y el tiempo hará el resto. Los sabores de la cocina tradicional desaparecen y el goteo nasal del aceite "enlatado" irá anulando el olfato. Sin cocina, sin sabor y sin olfato... Se estará echando la semilla de la "sequedad mental", en el individuo, en el grupo, en el pueblo, en la ciudad y en el conjunto de la sociedad, convertida en "Paraíso de un Estado socializante-oxidante".
Cuando el individuo no discute, se demencia. Cuando la demencia rellena una sociedad, los gobiernos aplauden, "indiferentes", el AMORFISMO, encontrando vía libre para una política plagada de sequedad, de indiferencia y, sobre todo, de PARTIDISMO TOTALITARIO. Los Gobiernos se convierten en pastores solitarios de rebaños mudos y los individuos en muertos vivientes sin ilusión.
Para evitar todo esto, sólo existe un tratamiento: OBSERVAR, REFLEXIONAR y BORRAR las “verdades universales de las Redes Sociales”. Sólo así, “TU VERDAD” te hará libre.
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