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​La historia, inacabada, de los heterodoxos españoles

​Nunca los cristianos han dejado de ser combatidos desde la filosofía, la política o la historia
Francisco Rodríguez
martes, 13 de julio de 2021, 09:01 h (CET)

Hay muchos que han renunciado a toda religión y otros que tratan de construir una religión a su gusto desde la filosofía al simple capricho.


Hace muchos años compré los dos tomos de la Historia de los Heterodoxos Españoles de Don Marcelino Menéndez y Pelayo, pero no pude leerlos por culpa de mi mala vista y la pequeñez de los tipos de letra de los mismos y los olvidé por completo.  Los he vuelto a encontrar en mi biblioteca y gracias a que ya me operaron de las cataratas he comprobado que puedo leerlos y he quedado sorprendido.


No imaginaba la cantidad de heterodoxos, herejes, que han existido en España desde el principio del cristianismo y las complicadas relaciones que se dieron entre los visigodos, los judíos y los musulmanes. He rememorado la lista de los reyes godos que nos hicieron aprender en el colegio.

Ataulfo, al que puede considerarse el primer rey de España, puso su corte en Barcelona y era aliado del menguante Imperio Romano. Mal visto por ello, los godos terminaron asesinándole. (Los catalanes nunca han reivindicado este periodo para su independencia. Quizás ni se han enterado de aquella historia).


Los godos eran arrianos, es decir, seguían la herejía de Arrio que negaba la divinidad de Cristo. De ahí viene la expresión popular: “se armó la de Dios es Cristo”. Fueron condenados en el Concilio de Nicea en el año 325 donde tuvo un papel importante Osio el obispo de Córdoba, que también presidió el Concilio de Iliberis, cerca de Granada.


En el reino visigodo de España con su corte en Toledo, fue donde se celebraron muchos concilios para dejar fijada la doctrina cristiana frente a los herejes que fueron surgiendo como Prisciliano o Elipando. El rey godo Leovigildo era también arriano, lo que produjo luchas familiares con su hijo Hermenegildo hasta la conversión de Recaredo.


Es curioso que en un mundo sin canales de comunicación como los actuales pudieran viajar de Braga a Toledo, de Toledo a Roma y llegar hasta Constantinopla y mantener contantes relaciones con el norte de África donde San Agustín también luchaba por eliminar herejías.


En el 711 los musulmanes ganaron la batalla de Guadalete y los cristianos quedaron bajo la dominación califal. Estos cristianos que tratan de seguir siéndolo en difíciles condiciones serán los denominados mozárabes, unas veces aliados de los califas y la mayor parte perseguidos.

Hay en esta España antigua tres razas y tres religiones, cada una de ellas con sus herejes. Son los judíos, los cristianos mozárabes y los musulmanes. Todos beben de la cultura de Grecia y de Roma y las obras de Platón y Aristóteles le sirven de base para filosofar y establecer sus propias conclusiones.


Este es el gran trabajo que hace Menéndez y Pelayo en su obra sobre los heterodoxos españoles, pues judíos, mozárabes o musulmanes todos viven y se sienten españoles cuya actividad preferida es discutir sobre lo humano y lo divino. Posiblemente las discusiones actuales son bastante materialistas si las comparamos con lo que elucubraban aquellas gentes.


Hay una línea de pensamiento que recorrerá toda Europa con filosofías originales ya se trate de Occam, de Lutero, de Calvino o de Miguel Servet. Luego seguirán Nietzsche, Voltaire etc.

Nunca los cristianos han dejado de ser combatidos desde la filosofía, la política o la historia, así que no esperemos tiempos de bonanza, pero confiemos siempre en Dios cuya voluntad se realizará así en la tierra como en el cielo.

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