Aunque lleva toda la vida dedicado a la mar, desempeñándose como oficial de la Armada, como escritor tiene los pies sobre la tierra. Le gusta sentirse cerca del público, cuya opinión toma en consideración como si de la de un crítico se tratase, así como de sus libros, razón por la cual ha optado por la autopublicación. Participa en el Premio Literario Amazon Storyteller 2021 con El submarino del narco y aboga por que más miembros de las Fuerzas Armadas escriban sobre sus experiencias, por acercar su mundo a los lectores a través de la ficción literaria.
¿Dónde se mueve más a gusto Federico Supervielle, entre letras o en el mar?
En la mar, sin duda. Es un elemento que nos es ajeno y que puede ser muy peligroso, pero he tenido relación con ella desde muy pequeño y una extensa y muy completa formación a cargo de la Armada española que, junto al apoyo de mis compañeros, me da la confianza suficiente para desarrollar mi trabajo. Las letras han llegado más tarde a mi vida —al menos, el escribirlas para otros— y es un mundo tan amplio y variado que siento que me queda muchísimo por hacer. Por suerte, mis primeras obras están teniendo una acogida increíble, con la que no me habría ni atrevido a soñar, y así es fácil seguir escribiendo.
¿Cómo surgió la idea para escribir esta saga? Fue durante un embarque. Cuando todavía era alumno, pasé un mes a bordo del patrullero Relámpago, entonces el más moderno de la Armada: un barco lleno de automatismos y con una dotación reducida que hacía piña para enfrentarse a la Calificación Operativa, unas durísimas semanas en las que la Armada pone al barco en las situaciones más demandantes para comprobar que está listo para irse de misión. En este caso, el Relámpago se estaba preparando para ir a luchar contra la piratería somalí, y unos meses después, cuando me dio por escribir, me pareció que podría servir de inspiración para una historia trepidante. Y desde que creé el único barco de guerra privado del mundo, parece que no hacen más que salirle misiones.
Entrando en materia sobre tu nuevo libro, El submarino del narco, hablas de la enorme capacidad del narcotráfico para hacerse con armamento sofisticado. ¿Qué pueden hacer los Estados ante este poder cada vez mayor? No es nada fácil. El problema del narcotráfico es que mueve cantidades enormes de dinero y, hoy en día, con dinero, hay muy pocas cosas que no se puedan conseguir. Por ejemplo, se sabe que ingenieros de la antigua Unión Soviética ayudaron a diseñar uno de los narcosubmarinos más capaces encontrados.
El problema de los narcosubmarinos es que son, por su naturaleza, extremadamente difíciles de encontrar. Los que se sumergen plenamente solo se pueden detectar mediante sónares, unos aparatos que emiten una onda de sonido y escuchan su rebote, ya que las ondas electromagnéticas que usa el radar apenas se propagan bajo el agua. Solo las marinas de guerra tienen barcos con sonar. Los semisumergibles, al ser tan bajos, también son muy difíciles de encontrar, y hace falta utilizar muchos medios propios, desde barcos a aviones o helicópteros, para proteger una zona de la costa.
Hace poco, estuvo de actualidad la noticia de que España había construido un submarino S-81, el Isaac Peral, ¿es nuestro país puntero en tecnología militar?
Sí, y, probablemente, la construcción del Isaac Peral sea una de las mejores muestras. Literalmente, se pueden contar con los dedos de las manos los países que diseñan y construyen sus propios submarinos. España ha exportado barcos para las marinas de países punteros como Noruega o Australia, algo de lo que debemos estar orgullosos y que genera grandes beneficios económicos y sociales para España.
Acerca de tu experiencia literaria, hay una disyuntiva que muchos escritores se plantean cuando empiezan, y es si optar por autoeditarse o lanzarse a la búsqueda de editorial. Tú elegiste la primera opción, ¿recomiendas la autopublicación? Recomiendo la autopublicación, sin duda, pero tengo que puntualizar que no he publicado con editorial, así que no soy el más indicado para compararlas. Para mí, lo mejor de autopublicar es el control absoluto de tus obras: ves a diario lo que vendes, puedes cambiar el manuscrito o la portada cuando quieras, modificar el precio e, incluso, retirarlo de circulación. Además, al no depender de un contrato que puede ser larguísimo, tu libro no queda «secuestrado» por una editorial que ya no lo está promocionando y solo depende de ti el intentar seguir dándole visibilidad.
¿Cuál crees que es el punto fuerte de tu libro de cara al Premio Amazon? Creo que es una historia trepidante, de esas que te obligan a seguir pasando las páginas, y que todo el mundo la puede disfrutar. Además, aunque alguien que no domine el tema lo pueda leer sin problemas, para los más expertos ofrece algunos datos interesantes y una aproximación a cómo enfrentarse a un submarino, el enemigo más temible que puede tener un barco. Por último, creo que el tema del narcotráfico es un buen reclamo y descubrir los increíbles narcosubmarinos que diseñan tiene que llamar la atención.
¿Crees que deberían animarse a escribir más miembros de las Fuerzas Armadas y dar una visión al lector desde dentro? Sí, sin duda. Es habitual que salgamos muy bien parados en las valoraciones de la sociedad, junto con la Policía y otros cuerpos de seguridad; sin embargo, somos unos grandes desconocidos para el grueso de los españoles y, quizás, la Armada más que los Ejércitos de Tierra o Aire. ¿Por qué no usar la ficción literaria para acercar nuestro mundo a la gente?
¿Con qué libros te gustaría que te comparasen? Tengo la suerte de que me hayan comparado con Reverte, con Tom Clancy o con Clive Cussler. Aunque no haya sido ningún crítico literario, valoro las opiniones de mis lectores como si cada uno lo fuera, y creo que más no se puede pedir.
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