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Aflora la maldad de la izquierda caviar

A pesar de lo vivido, no faltarán gaznápiros en versión ignorante que sigan tirando su voto al charco maligno y al albañal de la siniestra
Jesús  Salamanca
sábado, 24 de julio de 2021, 11:04 h (CET)

Nunca el socialismo banalizó y frivolizó tanto unas elecciones como las de Madrid del 4-M. Jamás un Gobierno hizo tanto daño a una comunidad autónoma ni amenazó a sus ciudadanos como lo han hecho Pedro Sánchez y el que fue su dron, Iván Redondo; dos integrantes de la mafia monclovita capaces de desabastecer a una provincia de material sanitario, con el peligro de muerte que ello supone, con tal de mantenerse encima de la albarda.


Hace tiempo que los comparé a esos dos personajes con guerrilleros de la guerra de guerrilla, a quienes lo mismo les da envenenar un charco que a un mulo de carga con tal de hacer daño. Pero, como el karma no perdona y “el que a hierro mata, a hierro muere”, ahí tienen su equilibrio vital: Iván expulsado del paraíso con espadas de fuego, enérgicas trompetas y anunciadostambores. Respecto al ‘Doctor Fraude’, no hay más que ver lo ridículo que resulta paseando por las calles de Nueva York, acompañado de su séquito cual JFK y la inseparable ‘enanita’de cabellos de oro que nadie sabe quién es, ni para qué sirve, ni qué carajo pinta ahí.


Del mismo modo que han actuado los acólitos monclovitas de Satanás contra Madrid, su presidenta, su alcalde y sus ciudadanos, así mismo actuaban las tropas romanas contra sus adversarios cuando estos resistían más de lo esperado. Y como a todo puerco le llega su San Martín, éste es el momento de que el socialismo pague con creces su acentuada crueldad e inimaginable venganza. Bien es verdad que, a pesar de lo vivido, no faltarán gaznápiros en versión ignorante que sigan tirando su voto al charco maligno y al albañal de la siniestra.


Si alguien piensa que socialismo y comunismo son antagónicos es que no conoce nada de la realidad. Muchas veces, los socialistas se confundieron y camuflaron entre las huestes comunistas. Recuerden que son primos carnales. Ambos defendieron a lo largo de la historia el aniquilamiento pleno y absoluto del enemigo. Por cierto, como dice Juan E. Pflüger en “Arderéis como en el 36”: “Paracuellos solamente es uno de esos lugares en los que puso (el comunismo. Yo añadiría también al cruel socialismo) en práctica la aniquilación total del enemigo”.


Un testigo de la represión frentepopulista en Madrid, con motivo de una entrevista hace años, me decía que no faltaron socialistas radicales que echaron una mano ‘familiar’ para enterrar lo que hoy son simples cálculos manipulados burdamente por los historiadores marxistas, abanderados de la insensatez, la maldad y el odio descontrolado. Aquella ferocidad y ensañamiento se manifiestan resurgen hoy en día, pero de otra forma y con otros objetivos. No me extraña que gente inteligente como Thomas Jefferson ponga su positivo granito de arena e insista en que “Me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado”.


Volvamos a las amenazas balísticas y a los efectos de las mismas. Como la juez no ha encontrado nada denunciable, ni siquiera las autoamenazas de la siniestra comunista y socialista, la ciudadanía tiene derecho a pensar según sus criterios y convencimiento. Por eso pienso que autores y destinatarios no están muy lejos. Al ver perdidas las elecciones y arrasada la ideología comunista, así como relegado el socialismo barato de temporada, intentaron crear un “efecto emulación”.


Ese efecto surte el mismo resultado que las granadas cuando se juntan y explota alguna de ellas: hablo del “efecto simpatía”. Sembrando violencia se genera más violencia. Y si los medios de comunicación afines al poder, y traidores a la democracia, se ponen de acuerdo en el camino a seguir y el protocolo a aplicar, el efecto aludido se multiplica considerablemente.


Piensen en la mal llamada violencia machista: cada vez que algún energúmeno o loco asesina a una mujer, al día siguiente surgen otro u otros casos semejantes. En el caso de las elecciones madrileñas fallaron todos los cálculos y no se cumplió con ningún objetivo. El electorado lo tenía claro: había que elegir entre el socialismo y el comunismo o la libertad. Ni que decir tiene lo que eligieron, con lo que han generado un movimiento expansivo en España que está cavando la tumba de la siniestra de caviar, vocera y satanizada.


Quienes han vivido en el sistema comunista, aunque sea regado con mal socialismo, jamás verán en positivo las represalias de la maldad. Algo semejante sucede a quien conoce el árbol de donde se hace la talla. Perfectamente lo explicó Baltasar Gracián: “Nunca bien venerará la estatua en el ara el que la conoció tronco en el huerto”.

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